domingo, 24 de abril de 2022

Por fe andamos, no por vista

 


Por fe andamos, no por vista

“Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.” 2 Corintios 5:6-9

Si bien es cierto que, como dice la palabra en 1 Corintios 6:11, en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios que ahora mora en cada creyente, hemos sido lavados y justificados de todos nuestros pecados, eso no quiere decir que sea un permiso o autorización para que ahora hagamos todo lo que queramos o todo lo que el mundo nos presenta, sin medir las proporciones, la conveniencia o si son o no del agrado de nuestro Dios, pues como dice 1 Corintios 6:12 “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna.”

Debemos, como nos dice la escritura en el versículo del día, anhelar agradar a Dios en todo tiempo, pues el hecho de que todavía no estemos físicamente en su presencia, no quiere decir que Él no nos esté viendo y que en algún momento no debamos rendirle cuenta de cada una de las obras que hicimos cuando estábamos en el cuerpo y ausentes de Él, es decir, viviendo en el mundo.

El Señor nos dice en su palabra que nosotros andamos por fe y no por vista, es decir, creyendo que Dios está en nosotros y con nosotros todo el tiempo, pues tenemos fe que Él es omnipresente y no tenemos que observarlo físicamente para así creerlo.

Por consiguiente, la exhortación del presente día es a que vivamos en el estado que Dios nos ha dado, lavados, justificados y santificados; teniendo cuidado de medir y evaluar cada uno de nuestros pensamientos, sentimientos, gestos, palabras y obras, pues el Dios en quien creemos y a quien amamos nos observa en todo momento.   Oración.

«Señor, eres Dios justo y bueno, en Cristo nos has dado todo para agradarte; nos lavaste y justificaste de nuestros pecados y nos has santificado, anhelando que así lo creamos y vivamos. Así que, por el Espíritu Santo que me has dado, te pido me permitas ser sensible a tu voz para hacer todo para tu agrado, en la medida justa y correcta, por Jesucristo mi Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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