viernes, 15 de abril de 2022

Muerte de Jesús

 


Muerte de Jesús

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” Génesis 3:15

“Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; más esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.” Lucas 22:52-53

Cuando Jesús muere en la cruz, de manera apresurada se puede pensar en su derrota y en una aparente victoria del enemigo, pues a través de personas influenciadas por Satanás se llevó a cabo la traición, arresto y crucifixión del Señor, conforme las palabras del Señor Jesús cuando dijo “más esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas”. Pero lo que aquí estaba sucediendo verdaderamente no se salía del determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, porque desde que el hombre pecó por primera vez, el Señor en Génesis 3:15 anunció la salvación para el mundo que decía que, pondría enemistad entre el diablo y la descendencia de la mujer (refiriéndose a Jesucristo), y dijo que el diablo lo heriría en el calcañar, pero Jesucristo lo heriría en la cabeza, es decir, lo destruiría.

Así que, es por esto por lo que nuestro Salvador debía sufrir hasta morir, adicional a esto, la Escritura también nos declara en hebreos 2:14 “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”. Lo que nos quiere decir que Jesús debía hacerse hombre para poder morir y por medio de su muerte destruir a satanás, quien hasta ese momento tenía la autoridad de la muerte.

Ahora bien, con la muerte y resurrección de Jesucristo, y el triunfo sobre el diablo, la salvación y la libertad le es dada a todo aquel que ahora cree en Él, pues la palabra de Dios nos dice en Hechos 26:28 “para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” Es decir que, cuando creemos en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador somos libres de la autoridad de Satanás, son perdonados nuestros pecados y pasamos a ser hijos de Dios con todos los privilegios que esto implica y que cada día se nos van revelando.

Entonces, lo que podemos ver y concluir con esto, es que la muerte de nuestro Señor Jesucristo fue en realidad el paso a su victoria y el medio de la derrota del enemigo, lo que indudablemente trajo libertad y salvación para todo creyente. La pregunta es, ¿tú crees?   Oración.

«Padre Celestial, qué sacrificio tan grande y qué muerte tan dura la que soportó nuestro Señor y Salvador; sé que todo fue por amor, amor que salva, que perdona, que restaura y que da vida. Te damos gracias, Dios, y solo podemos decir que no merecíamos tanto amor; perdona las veces que pecando lo menospreciamos, y ayúdanos cada día más a disfrutarlo, en Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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