ADOPTADOS
HIJOS SUYOS
“en amor
habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de
su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”, Efesios 1:5-6
“Pues no
habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino
que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba,
Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos
de Dios”, Romanos 8:15-16
La nueva
relación que tenemos con Dios es que hemos sido adoptados como hijos en su
familia, esto nos da derechos y obligaciones al mismo tiempo. Sabemos que los
procesos de adopción son sumamente serios y complicados, por eso cuando se
adopta a un niño hay que realizar muchos trámites legales hasta que se concede
el certificado de que esa persona es hija de alguien y por ende su heredera. La
vida anterior de una persona adoptada se borra completamente; si tenía deudas
estas quedan canceladas, se le considera una nueva persona que empieza una
nueva vida sin vinculación con su pasado. Su ceremonia de adopción se lleva a
cabo en frente de testigos.
Cuando
conocemos a Dios y nos hace hijos por su voluntad, adquirimos todos los
derechos de un hijo legítimo, nos volvemos herederos y coherederos con Cristo.
Nuestro pasado automáticamente es borrado y nos hace nuevas criaturas. 2
Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Somos hijos de un nuevo
Padre en todos los sentidos. Como es una adopción espiritual que se hizo en la
cruz del calvario, el testigo de nuestra ceremonia de adopción es el Espíritu
Santo, quien da testimonio a nuestro espíritu de que somos de verdad hijos de
Dios.
Antes de ser
adoptados estábamos bajo el control de nuestra naturaleza humana pecadora; pero
Dios en su misericordia nos ha tomado como su exclusiva posesión, el pasado ya
no tiene ningún derecho sobre nosotros, Dios tiene ahora el derecho absoluto,
el pasado está cancelado y nuestras deudas borradas por la sangre preciosa de
Jesús.
Ahora
tenemos una nueva vida con Dios, por eso el apóstol Pablo nos dice que hemos
recibido el Espíritu de adopción para ya no estar más en temor, ya no somos
esclavos sino libres. No volvamos a esclavitud viviendo bajo los parámetros del
mundo, vivamos en la libertad que Cristo nos dio por medio de su sacrificio, en
una vida bajo los preceptos divinos, una vida abundante y de bendición.
Tengamos una
relación íntima con nuestro Padre quien nos restaura y nos convierte en sus
hijos. Hemos heredado su vida y su gloria, vivamos conforme a lo que su Palabra
dice que somos: santos y amados. Acerquémonos con confianza y digámosle: Abba
Padre. Oración.
"Gracias
Padre celestial, porque sin merecerlo, me tomaste cuando estaba perdido, cuando
andaba en pecado y me adoptaste por el puro afecto de tu voluntad. Enséñame a
andar en libertad y a caminar como un verdadero hijo de Dios, obedeciendo tu
Palabra, teniendo siempre una íntima comunión contigo y disfrutando de todas
las promesas y de la gloria que he heredado. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario