Tiempo de oración
“Mas tú,
cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está
en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” Mateo
6:6.
La oración
es un tiempo de profunda intimidad con Dios, donde depositamos en Él toda
nuestra confianza, le confesamos nuestro pecado y maldad reconociendo la
necesidad de que Él nos sostenga por medio de su Espíritu, para apropiarnos de
su perdón y llenarnos con su paz.
Así que no
podemos salir igual luego de una oración, pues tenemos un encuentro con el Dios
que todo lo puede y que recompensa a los que le buscan con fe (hebreos 11:6).
Nuestra necesidad de orar es incluso más importante que nuestra alimentación
física, pues podemos vivir un día sin alimento, pero es imposible vivir un día
de vida abundante y dirigida por Dios, sin oración.
En ocasiones
solemos olvidar quienes somos en Cristo, y el por qué dependemos absolutamente
de Dios para cada actividad, decisión o dificultad que enfrentemos en el día a
día. En estos momentos de afanes, fiestas y distracciones temporales, no
perdamos la cita con Dios, es lo más importante y determinante para que en el
resto de nuestro día todo vaya bien y nos llenemos de su amor, para enfrentar
toda situación, con la ayuda de su Espíritu y no en nuestra carne. Oración.
«Padre, hoy
quiero presentarte mi vida, entrego en tus manos mis preocupaciones y te pido
la fuerza y la sabiduría para enfrentar este día guiado por tu Espíritu; que
toda actividad que tenga hoy la haga con diligencia, con verdad y amor, por
medio de Cristo Jesús. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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