La dimensión
desconocida. Parte 2
“Y oró
Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces
Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno
de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.” 2 Reyes 6:17
En el
presente, ahora que el Espíritu ha llegado a nosotros, por medio de la
confianza en Cristo, Él es quien nos ayuda a navegar por el mundo espiritual,
nos protege del mal y nos guía. Un ejemplo es cuando navegamos en el mar en un
barco de vela, pues necesitamos de las corrientes de aire, de su fuerza
impulsora para avanzar, de un timón que modifique la dirección de las velas
para direccionar la ruta y de una brújula para orientarnos. Haciendo un
paralelo en nuestro caso, el Espíritu Santo es el viento que impulsa las velas
de nuestra vida, actuando en nosotros conforme a la Palabra de Dios para
direccionar el rumbo y cumplir su voluntad. Entonces, el Espíritu Santo es la
clave de la vida cristiana y mora ahora en nosotros gracias a la fe en Jesús
(Juan 14:17, 1 Corintios 3:16, 2 Timoteo 1:14).
Sin embargo,
muchas veces ignoramos al Espíritu Santo, no lo escuchamos o somos insensibles
a su voz, entonces ¿cómo podemos ser sensibles al Espíritu Santo y a su voz? La
respuesta correcta es por medio de la fe y la oración, o la oración hecha con
fe, “porque por la fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7), como nos
muestra el pasaje de hoy, donde Eliseo clama y Dios abre los ojos espirituales
del siervo para ver la protección y poder de Dios actuando a favor de los
suyos.
Como
observamos, el mundo espiritual afecta nuestras relaciones personales, nuestra
vida laboral, salud, economía y determina nuestra vida y sobre todo nuestra
vida eterna. Cuando oramos estamos colocando en acción fuerzas espirituales,
que obran sobre las circunstancias del mundo visible. El Espíritu Santo es la
promesa de Dios para acompañarnos en nuestra vida diaria, y para tener acceso directo
al mundo espiritual y para adorar a Dios en la forma correcta: “Dios es
Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”
(Juan 4:23-24). Así que este conocimiento determina nuestro grado y forma de
adoración a Dios.
Si seguimos
estos principios, y crecemos en la fe quitando toda condenación, ya la
dimensión espiritual no será desconocida, sino que sabremos usarla a nuestro
favor y para la gloria de Dios. (hebreos 5:14). Oración.
«Señor, hoy
quiero ser sensible a la voz de tu Espíritu que me guía a estudiar tu palabra y
me da la fortaleza para ponerla en acción. Manifestando tu amor a través de mi
vida, abre, mi Dios, mis ojos espirituales para ver y experimentar el poder de
tu Espíritu obrando a través de mí. En el nombre de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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