Dos clases
de persona
“De manera que yo, hermanos, no pude
hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?” 1 Corintios 3:1-3
“Porque el
deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne;
y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” Gálatas 5:17
Dos clases
de persona parece que actuarán en nosotros, y en ciertas ocasiones, al recordar
si actuamos correctamente o no, en una situación determinada, decimos si hemos
actuado en la carne o guiados por el Espíritu.
Pero no es
realmente una lucha interior sino que es una cuestión de elección y de fe,
porque en Cristo somos completamente nuevos, pero nosotros decidimos si andamos
como si fuéramos el viejo hombre, llevado por deseos carnales, o si andamos
como espirituales, siendo guiados por el Espíritu de Dios.
Entonces,
¿por qué siendo nuevos en Cristo a veces nos comportamos como carnales? La
escritura hoy nos llama la atención, pues tenemos una nueva posición cuando
aceptamos a Cristo en nuestro corazón, por tanto el Espíritu Santo, derramado
en nosotros, actúa poderosamente para derrotar la mala influencia de la carne
con toda suficiencia y plenitud, (Efesios 3:20). Esto ocurre cuando tomamos
nuestra posición en Cristo para que no usemos la libertad dada en satisfacer los
deseos de la naturaleza pecaminosa, sino, para servir a los demás por amor
(Gálatas 5:13). Así que nos comportamos como carnales cuando olvidamos quienes
somos.
Es un hecho,
algo que debemos saber, creer y tomar, la carne ya ha sido condenada, y está próxima
a desaparecer. La verdadera vida presente del creyente está en el Espíritu.
Por esto la
escritura nos da una primera instrucción clara: haced morir lo terrenal en
vosotros, y nos da detalles explícitos de comportamiento que podemos, con la
ayuda del Espíritu, dejar de practicar o dejar atrás: fornicación, impureza,
pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría, ira, enojo,
malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca, la mentira; teniendo
claro que estas son cosas en las cuales anduvimos en otro tiempo, y esto se
refiere al pasado. (Colosenses 3:5-11)
La segunda
instrucción clave la veremos en el devocional de mañana. Oración.
«Padre, en
el nombre de Jesús, mi Salvador, quiero aplicar hoy esta verdad tan importante
para mi vida: el vivir guiado por tu Espíritu para hacer morir en mi todo lo
terrenal, todo mal deseo, toda influencia del pecado. Vivir desde ahora en
adelante para agradarte tomando mi nueva posición en Cristo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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