La dimensión
desconocida. Parte 1
“porque por
fe andamos, no por vista;” 2 Corintios 5:7
Hay un mundo
espiritual que muchos desconocemos, un mundo espiritual que influencia nuestra
vida y nos afecta directamente. En este mundo espiritual existen dos fuerzas
que se contraponen, la maldad y la bondad. Es decir, queramos o no, estamos en
una guerra contra las tinieblas; lo confirma la palabra de Dios en Efesios 6:12
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”; es decir, no hay un
bando intermedio.
El ámbito
espiritual de amor, bondad, verdad y justicia es el que nos interesa conocer,
porque todos los que hemos recibido a Cristo como Señor y Salvador tenemos esta
posición, ya que como dice Efesios 2:6 “y juntamente con Él nos resucitó, y
asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”; pero es
una dimensión desconocida para muchos, por un factor decisivo: nuestra
indiferencia a esta área del mundo espiritual. Por esto, estamos llamados a ser
sensibles a este plano espiritual, que se contrapone al plano espiritual de
maldad.
En 2 Reyes
6:8-17 se narra la historia del rey de Israel, que era avisado por el profeta
Eliseo, cuando el rey de Asiria iba a pasar por algún lugar, con el fin de
cuidarse y no sufrir derrota por parte de los Asirios. El rey de Asiria al ver
que era descubierta su ubicación, aun hablando de sus planes en la cámara más
secreta, se llenó de preocupación y trató de mandar a capturar a Eliseo, al ser
informado por sus siervos que era él quien avisaba al rey de Israel (2 Reyes
6:8-13). El rey Asirio envió a la ciudad, donde estaba Eliseo, un ejército que
vino de noche y sitió la ciudad.
Al ver el
inminente peligro, el siervo de Elías se llenó de angustia y Eliseo le
contestó: “Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con
nosotros que los que están con ellos” (2 Reyes 6:16); entonces, orando a Dios,
le pidió que abriera los ojos (espirituales) del siervo para que mirara que
estaban protegidos por un ejército con carros de fuego. Así sucedió, el siervo
pudo mirar lo invisible y saber que Dios estaba con ellos. Cuando los sirios
descendieron, estos fueron heridos con ceguera y capturados por parte de
Eliseo.
Por tanto,
este pasaje nos muestra que existe un plano espiritual, que si bien no vemos
con ojos físicos, es real y actúa poderosamente a nuestro favor. Cuando
confiamos en Cristo como nuestro Señor y Salvador, Él está a nuestro lado por
medio de su Espíritu, protegiéndonos y guiándonos a toda verdad. Podemos, por tanto,
en una situación difícil o en un ataque del enemigo de nuestra alma, creer y
decir como Eliseo que “más son los que están con nosotros que los que están con
ellos.” Oración.
«Padre,
puedo confiar que siempre estás conmigo, me cuidas y me das seguridad. No tengo
por qué temer ante los ataques o dificultades de la vida, porque tu Espíritu me
protege. Ayúdame a ser sensible a tu voz, mediante la comprensión de tu palabra
de verdad, y abre mis ojos espirituales para ver tu gloria y experimentar tu
gran poder. En el nombre de Jesús, Amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario