El
compromiso con nuestra generación
“Libra a los
que son llevados a la muerte; salva a los que están en peligro de muerte.
Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no lo entenderá el que
pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, y dará al hombre
según sus obras”. Proverbios 24:11-12
“Sécase la
hierba, marchítase la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para
siempre. Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente
tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de
Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro! He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder,
y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante
de su rostro”. Isaías 40:8-10
En el mundo
hay dos clases de personas, las que han escuchado el evangelio y las que no.
Estas porciones de la Palabra de Dios son una exhortación para nosotros los
creyentes porque nos recuerdan que somos responsables ante Dios y ante esta
generación de anunciar el evangelio. Si los que lo conocemos nos rehusamos a
anunciarlo, el Señor nos recompensará de acuerdo a nuestras obras.
Aquí se
subraya el valor de la salvación para cada persona en este mundo, porque cada
día se enfrenta en una situación de extrema urgencia frente a la muerte, no
tanto física sino espiritual. También nos muestra esa actitud de indiferencia
que a veces tenemos con los perdidos y que Dios no pasará por alto, pues nos ha
puesto como luz del mundo para llevar su palabra y llamar a los pecadores al
arrepentimiento, para que no digamos: “Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no lo
entenderá el que pesa los corazones?”.
Si sabemos
que nuestro prójimo está en peligro, estamos obligados a hacer lo que esté a
nuestro alcance para ayudarlo y librarlo, y más cuando se trata de estar en
riesgo de perderse eternamente por el desconocimiento de Dios. ¿Será que
podremos soportar que algunos se pierdan por nuestra indiferencia?
Pidamos a
Dios que nos llene de pasión por el evangelio, sabiendo que tenemos la
obligación de rescatar al ignorante que va camino a su destrucción espiritual.
El Señor no aceptará nuestras excusas. La única generación por la que Dios nos
hace responsables es la nuestra. Es nuestro compromiso evangelizar y darles la
oportunidad a otros de ser salvos; animémonos a hacerlo recordando estas
palabras: “Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente
tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de
Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!” Oración.
«Señor,
gracias por darme la oportunidad de conocer el evangelio, esto me hace
responsable de compartir las buenas nuevas a esta generación. No permitas que
caiga en la indiferencia espiritual y calle tu mensaje, porque es la única
oportunidad que tienen muchos de ser salvos y cambiar su destino eterno. Hazme
entender que en esta tarea no estoy solo, tengo al Espíritu Santo quien me
habilita y capacita para hacerlo. En Cristo Jesús, Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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