Como árbol plantado junto a corrientes de agua
“Sino que en
la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será
como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo,
y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”. Salmo 1:2-3
“Pero yo
estoy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío
eternamente y para siempre”. Salmo 52:8
Felices y
bendecidos los que se deleitan en la Palabra de Dios, porque permanecen en Él y
en sus principios, no basta con conocer su Palabra, hay que vivirla. El
propósito de guardarla con abundancia, en nuestra mente y corazón, no es que
acumulemos mucho conocimiento, sino que nuestro ser sea transformado, dejando
que el Espíritu Santo llene y aplique sus enseñanzas en nosotros. Colosenses
3:16 nos dice “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos
y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros
corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”.
Meditar
significa susurrar, indica que debemos asimilar la Palabra, pensarla y
aplicarla, porque en ella encontramos la felicidad de la vida.
Cuando
estamos cimentados en la Palabra permanecemos siempre fructíferos, como el
árbol plantado junto a corrientes de agua, que está siempre verde y no se
marchita. Eso es lo que Dios tiene planeado para cada uno de nosotros, para que
todo lo que hagamos esté lleno de gozo y propósito. No quiere decir que no
afrontemos dificultades, sino que cuando vengan los problemas, la Palabra de
Dios nos sostendrá firmes ante cualquier viento de adversidad, confiando
siempre en la misericordia de Dios.
Hermanos,
seamos como árboles plantados en los atrios de Dios, nutriéndonos
constantemente en nuestra comunión diaria con el Señor, confiando que su
Palabra es verdad y es infalible, con total confianza en sus promesas porque
Dios nunca nos defraudará. Tenemos el potencial por medio del Espíritu Santo,
de hablar vida, restauración, de hablar palabra de aliento que venga del corazón
de Dios. Traigamos paz a los corazones angustiados como dice proverbios 12:25
“La congoja en el corazón del hombre lo abate; más la buena palabra lo alegra”.
Una buena palabra de Dios aplicada por fe, alegra al corazón. Oración.
«Amado Dios,
en tu Revelación está mi delicia y no hay sustituto para tu Palabra, ya que es
mi sustento diario que me permite conocer de ti cada día más; me gozo en
meditarla de día y de noche para poder hacer tu santa voluntad. Seré ejemplo de
frescura y firmeza, y el fruto que dé será el resultado natural de estar unido
a ti, mi fuente de vida. Ayúdame a permanecer en comunión contigo para tener
siempre tu Palabra en mis labios para consolar, edificar y enseñar a otros,
Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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