Porque Dios
estaba con Él
“Vosotros
sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del
bautismo que predicó Juan: cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a
Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los
oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”. Hechos 10:37-38
“Pero
recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me
seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de
la tierra”. Hechos 1:8
Hoy debe
llamarnos la atención esta afirmación: “porque Dios estaba con Él”. Es el
secreto de Jesús para entender que la única manera de estar ungidos por el
Espíritu Santo y con poder, es vivir cada día en comunión con el Padre. La vida
de Jesús consistía en “hacer lo bueno porque Dios estaba con Él”. Tan asombroso
era lo que estaba haciendo en ese entonces, que su mensaje de paz se divulgó
“por toda Judea”, comenzando por Galilea; y las buenas noticias corrían
rápidamente anunciando su obra.
Juan el
bautista venía predicando el mensaje de arrepentimiento para el perdón de
pecados, diciéndole a las personas que enderezaran su camino para ver la
salvación de Dios. Señaló a Jesús como el que los bautizaría en Espíritu Santo
y fuego como dice Lucas 3:16 “Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad
os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno
de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego”.
Ese mismo
poder de Jesús es el que prometió a su iglesia cuando dijo, antes de su
ascensión, que seríamos investidos de poder desde lo alto, para poder llevar
las buenas nuevas a todo el mundo, para sanar a los enfermos y quebrantados de
corazón, para pregonar libertad a los cautivos y esclavizados por Satanás. El
Señor modeló el comportamiento que esperaba que tuviéramos los que íbamos a ser
sus discípulos. Con nuestra propia vida daríamos testimonio de Jesús.
Poderosos
versículos que deben vigorizar nuestra vida espiritual, porque Dios nos dio su
unción y poder y nos ha llamado a continuar su ministerio aquí en la tierra
hasta que Él regrese. Animémonos hacia lo bueno, en cada paso del camino. El
Señor nos recuerda que está siempre a nuestro lado cuando le invocamos. Si
permanecemos en comunión seremos ungidos y llenos de Él para vencer las
circunstancias que nos rodean. Oración.
«Señor,
ayúdame a caminar contigo cada día porque entiendo que es la única manera de
estar ungido por tu Espíritu Santo y ser lleno de poder; imprégname de tu
Presencia, de tu amor, de tu compasión, de tu misericordia, para hacer lo bueno
dondequiera que esté y llevar las buenas nuevas a todos los que están cautivos
y oprimidos por el enemigo. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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