Creciendo a través de la dificultad
“Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega”. Génesis 45:5-6
Todo lo que
nos sucede en la vida tiene un propósito en Dios. Si pudiéramos borrar
episodios de nuestra historia sé que lo haríamos sin vacilar. Y quizás los
primeros que quitaríamos son los que trajeron tristeza, dificultades y muchos
problemas. Eso sería un error porque precisamente son las situaciones
complicadas las que más producen aprendizaje y crecimiento espiritual en
nosotros.
Primero,
porque nos llevan a doblar rodillas, a orar por las circunstancias, despiertan
en nosotros el deseo de buscar el rostro del Padre con súplica, ruego y
lamento. Segundo, porque tenemos que recordar que a veces el sufrimiento es el
catalizador que el Señor usa para que comprendamos más su Palabra y crezcamos
en la fe. Así como José, todas las dificultades que pasó sirvieron para que
Dios cumpliera su plan con el pueblo de Israel y tenerlo a salvo en medio de la
hambruna. Esto nos habla de la soberanía de Dios sobre nuestras vidas. Un
error, una equivocación, una mala decisión en el pasado, puede convertirse en
las manos de Él, en una bendición en el futuro.
Podemos
decir con seguridad que el mayor crecimiento espiritual nace de los momentos
difíciles, porque Dios nos hace avanzar a un nivel más elevado en la fe, en la
confianza y dependencia de Él. No nos desanimemos, porque cada experiencia
tiene un objetivo espiritual en nosotros, un propósito establecido de antemano.
Recordemos 2 Corintios 1:4: “el cual nos consuela en todas nuestras
tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en
cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos
consolados por Dios”.
Hoy démosle
gloria a Dios por esas situaciones difíciles y pidámosle que nos muestre el
propósito que tiene con ellas, porque todas las cosas obran para bien. Oración.
«Señor
gracias por tu santa Palabra, por hacerme entender que tú eres Soberano sobre
mi vida y que toda situación está dentro de tus propósitos, aun aquellas que
han sido difíciles, pero que han traído un despertar espiritual, una renovación
de mi fe, de mi confianza y mi dependencia de ti. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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