Dios sigue
prendiendo las alarmas
“Y Jehová el
Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus
mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación”, 2
Crónicas 36:15
“Entonces
Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu
semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el
pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te
enseñorearás de él”, Génesis 4:6-7
“Y esto,
conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora
está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”, Romanos 13:11
Nuestro
amante Dios, sigue perseverando en que muchos sean salvos y lleguen al
conocimiento de su Verdad. En el pasado mandó repetidas veces mensajeros que
predicasen su Palabra, envió profetas para advertirles qué pasaría con ellos si
no se apartaban del pecado; y actualmente lo sigue haciendo a través de su
iglesia, sigue levantando obreros para que vayan a la mies que es mucha, como
dice Mateo 9:37 “Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha,
mas los obreros pocos”.
El Señor es
misericordioso y clemente, por eso sigue prendiendo las alarmas para que la
humanidad vuelva sus ojos a Él, en arrepentimiento por su maldad. Esta pandemia
que no termina y otras cosas que están sucediendo, son las señales del cielo
para que los seres humanos entiendan que necesitan de su Salvador. Dios es
bueno y su anhelo es que ninguno perezca.
Muchas
veces, por ignorar su llamado, le abrimos las puertas al pecado como lo hizo
Caín, que tuvo la oportunidad de hacer lo bueno y no lo hizo trayendo consecuencias
funestas a su vida. Dios hoy quiere que, como iglesia, nos levantemos del sueño
espiritual en el que hemos caído, en este letargo que no nos deja avanzar a la
conquista de este mundo perdido y que reaccionemos con esas luces rojas que se
están encendiendo, recordándonos que el tiempo de su regreso está cerca y que
después no habrá más oportunidad.
La ruina del
pueblo de Dios fue gradual porque hicieron caso omiso a sus advertencias. Dios
adoptará en estos últimos tiempos, cualquier método para llamar a los pecadores
de regreso a Él, pero tenemos que recordar que el que pierde es el ser humano y
no Él, porque Dios ya tiene su victoria asegurada, pues no dejará de mostrar su
gloria final por la desobediencia de los hombres.
Nosotros
somos los mensajeros que el Señor ha dispuesto en este tiempo, pidamos que
encienda el fuego de su Espíritu en nosotros para proclamar su Palabra de
salvación con presteza. Oración.
«Gracias
Señor porque no te has rendido, porque sigues insistiendo en la salvación de
este mundo, gracias por encender alarmas a mi alrededor para que cambie mi
caminar y te siga de verdad, aléjame del pecado para andar en santidad. Ayúdame
a ser sensible a la voz de tu Palabra, a entender que yo soy el mensajero que
has levantado en este tiempo, para llevar el evangelio a donde tú quieres. En
Cristo Jesús. Amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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