Los
verdaderos discípulos del Gran Maestro
“Dijo
entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis
en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;” Juan 8:31
“Y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 8:32
La Palabra
de Dios es el camino y la verdad y la vida, permanecer en ella es andar en el
camino correcto, es permanecer en la verdad y es tener la vida eterna, por
ello, cualquiera que se extravía de ella y no persevera en la doctrina de
Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí
tiene al Padre y al Hijo. (2 Juan 1:9)
Seremos
verdaderamente los discípulos del Gran Maestro, Jesucristo, si vivimos en
obediencia a su Palabra y a su mandamiento de Amor, pues nos manda en su
primero y principal mandamiento a Amar a Dios y el cumplimiento de ese
mandamiento escrito está: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es
el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me
manifestaré a él.” (Juan 14:21) Y eso mismo lo reitera cuando nos dice: “El que
me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos
morada con él.” (Juan 14:23)
El
conocimiento de la Palabra de Dios y, la revelación que de ella nos hace el
Señor por su Santo Espíritu, nos lleva a la verdad de Dios y el conocimiento de
esa verdad nos libera de todas aquellas creencias fundamentadas en el
conocimiento de los hombres y que no son más que vanidad de vanidades. El
conocimiento y el entendimiento de la Palabra de nuestro Gran Maestro Cristo
Jesús, es sabiduría, y por ello nos dice: “Porque Jehová da la sabiduría, y de
su boca viene el conocimiento y la inteligencia.” (Proverbios 2:6) y por ello
nos insta: “Sabiduría, ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus
posesiones adquiere inteligencia” (Proverbios 4:7)
Un camino
trazado, una verdad revelada y una vida eterna es lo que el Gran Maestro tiene
para sus verdaderos discípulos, los que guiados y sustentados por su Santo
Espíritu perseveremos en su Doctrina. Nuestra es la decisión. Oración.
«Padre
nuestro que estás en los cielos y que por amor a nosotros enviaste a tu Hijo
amado, nuestro Señor y Redentor amado Jesús Cristo de Nazareth, para que nos
enseñase todas las palabras que tú le diste, constituyéndose en el Gran Maestro
de todas las generaciones y quien hoy por tu Santo Espíritu, que mora en
quienes lo hemos recibido como nuestro Señor y Salvador, sigue enseñándonos,
haz que nosotros seamos esos discípulos que en Espíritu y en Verdad le sigamos
y obedezcamos para que no seamos solamente oidores de su Palabra sino ante todo
hacedores de ella. Amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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