La perfecta
ley de la libertad
“Dijo Jesús
a los judíos que habían creído en él; Si vosotros permaneciereis en mi Palabra,
seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os
hará libres.” San Juan 8: 31-32
“Mas el que
mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no
siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en
lo que hace.” Santiago 1:25
Jesús en su
palabra a los judíos que habían creído en él, establece algo muy importante
para todos los que quieran ser verdaderamente sus discípulos y es “permanecer
en su Palabra” y esto es mantenerse fiel a ella, oyéndola y obedeciéndola, esto
lo confirma cuando dice: “El que me ama, mi Palabra guardará; y mi Padre le
amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda
mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me
envió.” (San Juan 14:23-24) y guardar la Palabra de Dios es cumplirla como
quien guarda las normas de Tránsito.
Esa Palabra
de Dios, que es la verdad, al recibirla en nuestro espíritu, comienza a
derrumbar los muros y fortalezas de mentira y de engaño que satanás ha
construido en nuestra mente y en nuestro corazón a través de todo el tiempo que
estuvimos alejados de Dios, viviendo en el mundo y la carne; poco a poco esa
verdad de su Palabra va iluminando nuestras vidas, rompiendo esas cadenas,
yugos y coyundas que nos ataban al mundo, al pecado y a la muerte y nos hace
verdaderamente libres para vivir en el Espíritu y honrar y glorificar al Dios
único, verdadero, todopoderoso y eterno.
Hermanos
amados, a través del apóstol Santiago nos dice el Señor que debemos mirar
atentamente su Palabra, no siendo oidores olvidadizos sino hacedores de ella y,
nos promete, que el que tal haga será bienaventurado en lo que hace. Claramente
nos lo reitera diciendo: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley,
sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a
todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y
todo te saldrá bien.” (Josué 1:8) Oración.
«Padre
nuestro que estás en los cielos, gracias te damos porque en el amor eterno con
que nos has amado, enviaste a tu Hijo unigénito para que nos diera a conocer tu
Palabra, que es la única verdad que nos hace libres del mundo, del pecado y de
la muerte; tu Palabra es el camino, y la verdad, y la vida que nos llevan a tu
Santa Presencia; llénanos Señor con tu Espíritu y por tu Santo Espíritu
revélanos Señor esas cosas que ojo no vio, ni oído oyó y que no han subido a
corazón de hombre, las cuales contiene, y sabemos que son para quienes te
amamos, oh Dios. Amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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