Busquemos
primeramente el reino de Dios y su justicia
“Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas.” San Mateo 6:33
“Y él les
dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o
hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho
más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna” San Lucas 18:29-30
Buscar
primeramente el reino de Dios y su justicia, es la prioridad que Dios establece
para la vida de aquel que se considere un verdadero cristiano, un verdadero
hijo de Dios. Pero en la realidad de la vida humana y más en un mundo como el
hoy dominado por el consumismo ¿cuántas cosas buscamos conforme a nuestros
deseos?, ¿cuántas de ellas primeramente que el reino de Dios y su justicia?,
¿cuántas de ellas sin siquiera tenerle en cuenta?… Muchas… ¿Verdad?… como el
dinero, el trabajo, la casa, el carro, el lujo, las redes sociales, la
diversión, etc.
El Señor,
que en su omnisciencia nos conoce a nosotros más de lo que nos conocemos
nosotros a nosotros mismos y que con su Palabra discierne los pensamientos y
las intenciones de nuestro corazón, sabe exactamente lo que en realidad
buscamos: “Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé
en un soplo. ¿Por qué? Dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está
desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.” (Hageo 1:9)
Lo que
nosotros buscamos en nuestros pensamientos y deseos, lo hacemos en la carne y
por ello nos aleja de la prioridad que Dios ha establecido que es “buscar
primeramente el reino de Dios y su justicia”, que es espiritual, y así lo
establece claramente al decirnos: “Porque el reino de Dios no es comida ni
bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.” (Romanos 14:17)
Nosotros
buscando los deseos de la carne y Dios esperando que vivamos en el Espíritu.
¿Cuál es nuestra identidad? ¿Somos de la carne? o ¿Somos del Espíritu? Muy
fácil de definir: “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la
carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.” (Romanos 8:5)
¿Cómo te
identificas? Oración.
«Amado Padre
Celestial, tú conoces mi corazón y mi vida y conoces bien mis prioridades y
sabes bien lo que me falta y lo que me sobra para una perfecta comunión contigo
y, solo tú Señor, por tu Santo Espíritu que mora en mí puedes desarraigar de mí
todo aquello que me sobra y poner aquello que me falta; solo tú Señor puedes
enderezar mis caminos y mis sendas y enfocarme a tus prioridades y no a las
mías, para que en mí se cumpla tu santo propósito. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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