lunes, 25 de mayo de 2020

¿En quién tienes puesta tu confianza?


¿En quién tienes puesta tu confianza?
“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.” Jeremías 17:5
“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.” Jeremías 17:7
El hombre en su naturaleza humana tiende a hacer ídolos de los hombres exitosos en el arte, la cultura, los negocios, el deporte, la ciencia y los diferentes ámbitos de la vida y busca en ellos el apoyo para lograr sus sueños y propósitos, pone carne por su brazo, y pone en el hombre su confianza y se olvida que todo hombre es tan solo una criatura de Dios y no sabe que esos ídolos en la realidad y, espiritualmente, son seres necesitados desesperadamente de la presencia de Dios en sus vidas. Buscan apoyarse y creer en la criatura y se olvidan y se apartan del creador. A aquel que tal hace le acontecerá que “será como retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.” (Jeremías 17:6)
Bienaventurado es el hombre que se apoya en el brazo del que es todopoderoso y pone en Él su confianza, porque Él es su confianza. Bienaventurado es aquel que tal hace “Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.” (Jeremías 17:8)
Estamos llamados por nuestra fe, que es en Cristo Jesús, a esa fe que es la certeza de lo que esperamos y a la convicción de lo que no vemos y por esa fe a la plena confianza en Dios, en todos nuestros caminos, porque claramente Él nos dice en su Palabra: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (1 Juan 5:14-15)
Hermanos, tenemos la luz de su Palabra ahora podemos responder con toda sinceridad a la pregunta que hoy nos hace ¿En quién tienes puesta tu confianza?     Oración.
«Amado Padre, Señor y Dios nuestro, te damos gracias porque desde el día que te revelaste a nuestras vidas y tu hijo amado nuestro Señor Jesucristo, por tu Santo Espíritu, mora en nuestros corazones, eres nuestra única fe, nuestra única confianza y nuestra única esperanza; el único Dios de nuestro ser, de nuestra vida. Solo a ti te adoramos, solo a ti te honramos y solo a ti te glorificamos porque solo tú eres Dios y no hay más. Amén.     Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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