Misericordia
“Mas el
fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23
El mundo
actual define la misericordia como una “virtud que inclina el ánimo a
compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenas”, y si nosotros llegáramos a
considerarla como una virtud que depende del ánimo, la actitud o disposición
del hombre, solamente llegaríamos a manifestarla a otras personas, pero de
manera intermitente. La palabra de Dios, en cambio, nos revela un concepto
totalmente diferente, pues la misericordia (también conocida como benignidad o
bondad) no se considera como una capacidad propia del ser humano !No! sino como
un fruto del Espíritu Santo de Dios, el cual se podrá desarrollar o visualizar
en la vida del creyente a medida en que tengamos una comunión íntima y diaria
con el Señor, entonces sólo así podremos manifestar a otros misericordia, ya no
por temporadas, ni por emociones sino en todo momento y por convicción ¡Esto es
lo que quiere el Señor para cada uno nosotros! que la misericordia (fruto del
Espíritu Santo) nos acompañe SIEMPRE, todos los días de nuestra vida. Esa es
nuestra tarea, reflejar el carácter misericordioso de Dios al mundo en general,
un carácter que no varía pues Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos y
sabemos que su misericordia permanece para siempre (hebreos 13:8, Salmos 136:1)
Hermanos,
para poder manifestar la misericordia, la palabra de Dios nos revela que
necesitamos adicionalmente de un fruto del Espíritu Santo que le acompañe, el
amor, y en este fruto profundizaremos el día de mañana. Oración
«Padre,
¡cuánto admiro tu carácter, tienes miles de atributos! y mi meta, sin duda
alguna, es reflejar en este mundo todo lo que he aprendido y recibido de ti,
por eso pido tu ayuda porque sin ti nada podría hacer. Reconozco que necesito
seguir aprendiendo tu palabra, pasar más tiempo de intimidad contigo y
enamorarme cada día más y más de ti. Ayúdame a buscarte sin cesar todos los
días. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
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