Abundando en acciones de gracias
“Por tanto,
de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y
sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados,
abundando en acciones de gracias”. Colosenses 2:6-7
¿Tenemos un
espíritu alegre independiente de lo que pasa en nuestra vida?
A veces
perdemos nuestro gozo cuando nos dejamos atrapar por las responsabilidades,
luchas y desafíos diarios y nos olvidamos de ser agradecidos con Dios. Si la
gratitud no está en nuestro corazón no la podemos practicar. Muchas veces hay
más queja en nuestra boca que gratitud.
Muchos
amamos a Dios y queremos ser agradecidos, por eso Pablo les recuerda a los
creyentes de Colosas, quiénes son, dónde están y también el hecho de que
deberían abundar en acciones de gracias. Pensando un poco en nosotros
¿Podríamos decir que somos personas agradecidas? ¿Reconocemos que Dios es la
fuente de toda bendición?
Consideremos
lo que dijo Pablo de quiénes somos en Cristo y por qué debemos estar
agradecidos con Él; “de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, como
Salvador y Señor”, partiendo de esta base, es lo que ha pasado en nuestra vida
y lo que esperamos que ha de pasar al tenerlo en nuestro corazón, de por sí ya
es un motivo para ser agradecidos.
¿Cuál es la
clave para rebosar de gratitud hacia Dios? Tener la actitud de andar en Él.
Cuando recibimos a Cristo como Salvador no lo hicimos por algo que hicimos
nosotros, sino que Él nos escogió desde antes de la fundación del mundo. Como
dice Efesios 1:4. Nadie puede jactarse de ser salvo o porque tuvimos fe, la
salvación no viene de uno mismo, ni tampoco la fe, se trata de un don de Dios
como dice Efesios 2:8. En el momento que creímos fue sellada nuestra relación
con Dios como hijos de Dios, eso debería producir en nosotros suficiente
gratitud, pero no solo eso, después de haber creído en Él como Salvador debemos
andar en Él. Es decir, andar en una relación estrecha con Jesucristo quien no
deja de trabajar en nuestras vidas.
Si sabemos
esto deberíamos ser personas que abunden en acciones de gracias. Oración.
«Señor una
vez te dije que quería ser la persona que tú quieres que sea, fluye en mí para
llegar a otras personas con amor, bondad, generosidad y misericordia. He sido
fundado, arraigado y sobreedificado en Cristo, por eso mi corazón debe abundar
en acciones de gracias; perdona si me he dejado dominar por las circunstancias
que me rodean y de mi boca solo sale queja, cambia mi actitud para que
sobreabunde en gratitud a ti por todo lo que has hecho en mí. En el nombre de
Jesús, amén.
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