El día del
Señor está cercano
“Porque
cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú hiciste se hará
contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza. De la manera que vosotros
bebisteis en mi santo monte, beberán continuamente todas las naciones; beberán,
y engullirán, y serán como si no hubieran sido. Más en el monte de Sion habrá
un remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus
posesiones”. Abdías 1:15-17
Estamos
viviendo en un mundo lleno de injusticias, aproximadamente 49.6 millones de
personas viven en condiciones de esclavitud moderna, esto incluye: trabajos
forzados, matrimonios forzados, trata de personas, tráfico de niños, tráfico de
órganos y actividades delictivas. Hoy hay más gente en esclavitud que en los
350 años de tráfico de esclavos. Este libro de Abdías promete que un día este
mundo será liberado de toda injusticia, cuando el reino de los cielos venga en
su plenitud.
¿Qué sabemos
de Abdías? realmente muy poco, su nombre significa “uno que sirve y adora a
Jehová”, su libro es el más corto del Antiguo Testamento, este profeta fue
usado por Dios para advertir la caída de uno de los enemigos de Israel, la
nación de Edom, descendientes de Esaú, que siempre han vivido en rivalidad con
Israel, por el conflicto que se originó entre los dos hermanos (Esaú y Jacob);
han tenido una larga historia de guerras y problemas hasta el día de hoy.
El orgullo
fue lo que hizo caer a Edom como lo dice Abdías 1:3 “La soberbia de tu corazón
te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima
morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra?”.
También el
profeta nos cuenta que cuando Jerusalén cayó en el 586 a.C. ante Babilonia, los
edomitas no hicieron nada para ayudar a sus hermanos, por el contrario, vieron
esto como una oportunidad de saciar su sed de venganza contra Judá, así lo dice
Abdías 1:12: “Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano,
en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en
el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la
angustia”. La retribución es una realidad, Dios es justo y castigará las
injusticias hacia los demás. Abdías advierte del inminente castigo de Edom y
confirma a Judá la constante protección de Dios, su futura victoria y su
restauración.
Nunca ha
cesado esa hostilidad contra Israel, son muchas las naciones llenas de soberbia
que quieren ver destruido al pueblo de Dios y a su ciudad sagrada, Jerusalén.
Abdías nos habla a nosotros de la gran liberación que tendrá lugar en el día
del Señor, Abdías 1:21 “Y subirán salvadores al monte de Sion para juzgar al
monte de Esaú; y el reino será de Jehová”. El remanente de los salvados
gobernará justa y rectamente honrando el reino de Dios.
Con la
Segunda Venida de Jesús, el reino de Dios irrumpirá en la historia y
administrará su justicia en esta tierra; en aquel día todas las profecías de
Abdías y otros profetas tendrán pleno cumplimiento y todos seremos liberados de
toda injusticia. Un tiempo de juicio y divina justicia llegará para todas las
naciones, es una predicción que alcanza nuestros días.
Como
enseñanza podemos decir que las relaciones difíciles entre las personas, son el
resultado inevitable de la soberbia que nos impide descubrir nuestros errores y
crea barreras que se interponen en la reconciliación. Este es el costo del
orgullo. El Señor nos exhorta a arrepentirnos y a buscar reconciliación con
aquellos con los que hemos roto relaciones y vivir una vida de perdón y
misericordia.
Recordemos
que en su soberanía Dios utiliza las circunstancias para llevar a cabo sus
propósitos, el Señor toma el futuro para realizar su plan y obrará en favor de
su pueblo. Por medio de Jesucristo, Dios pone de manifiesto su poderío y
dominio sobre toda la humanidad. Oración.
«Señor
Jesús, gracias porque un día tu justicia vendrá para todos cuando regreses en
tu Segunda Venida y veremos tu reino establecido en toda su plenitud. Mientras
llega este día ayúdame a ser un instrumento de tu justicia, llevando tu Palabra
a todo lugar y tendiendo mi mano a los que viven en injusticia. En el nombre de
Jesús, amén.
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