Predestinados,
llamados, justificados y glorificados
“Y a los que predestinó, a éstos
también llamó: y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.” Romanos 8:30
Por la
misericordia de Dios, conforme a su palabra, hemos sido predestinados, “según
nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y
sin mancha delante de Él, en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados
hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para
alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el amado,
en quien tenemos redención, por su sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia.” (Efesios 1:4-7) “En Él asimismo tuvimos herencia,
habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas
según el designio de su voluntad.” (Efesios 1:11)
A los
predestinados también los llamó y ese llamamiento de Dios es irrevocable:
“Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.” (Romanos 11:29)
El llamamiento lo hace por medio del evangelio para alcanzar la gloria de
nuestro Señor Jesucristo (2 Tesalonicenses 2:14) “Así que, por eso es mediador
de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las
transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa
de la herencia eterna.” (hebreos 9:15)
Y a los que
llamó, a estos también justificó. “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais
muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro
tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la
potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de
nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos
por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” (Efesios 2: 1-3) “Y esto
erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya
habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios.” (1 Corintios 6:11)
Y a los que
justificó a estos también glorificó. “Pero Dios que es rico en misericordia,
por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos
dio vida juntamente con Cristo (por gracias sois salvos), y juntamente con él
nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su
gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.” (Efesios 2: 4-7)
Por tanto,
en la misericordia de Dios y por la gracia en Cristo Jesús, somos linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que
anunciemos las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a la luz
admirable. (1 Pedro 2:9) Oración.
«Padre
nuestro que estás en los cielos, honor, honra y gloria solo para ti Señor;
gracias te damos amado Padre porque, en tu amor y misericordia, nos escogiste
antes de la fundación del mundo para ser adoptados como hijos tuyos en Cristo
Jesús, nos llamaste a tus caminos y nos justificaste y glorificaste; rescataste
del hoyo nuestra vida, nos limpiaste de todas nuestras inmundicias y nos
pusiste en los lugares celestiales. Te adoramos, te alabamos, bendecimos tu
nombre, Señor, por tu gran misericordia para con nosotros. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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