¿Para qué
fuimos escogidos?
“Y él dijo:
El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas
al Justo, y oigas la voz de su boca.” Hechos 22:14
“Todos los
llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.”
Isaías 43:7
Dios, que
conforme a su Palabra, nos ama con amor eterno; en su omnisciencia, desde antes
de la fundación del mundo, nos escogió para ser adoptados como hijos suyos por
la gracia que nos daría en Cristo Jesús y, nos permitió nacer y vivir conforme
a nuestros pensamientos y deseos hasta el momento en que, en sus tiempos y
propósitos perfectos, tocó a las puertas de nuestro corazón e hizo que nosotros
no fuéramos rebeldes y recibiéramos a Cristo Jesús como nuestro Señor y
Salvador personal y, a partir de ese momento, nacimos de nuevo. Cuando el
Espíritu Santo comenzó a morar en nosotros, fueron abiertos nuestros ojos y
nuestros oídos espirituales, dando inicio a esa obra transformadora en nuestras
vidas, pasando de ser como trapos de inmundicia a estar vestidos con vestiduras
blancas y relucientes.
Fuimos
escogidos por el amor de Dios que sobrepasa todo conocimiento y por la
misericordia de Dios que llega hasta los cielos, pero ¿para qué fuimos
escogidos? En Hechos 22:14 nos responde: “te ha escogido para que conozcas su
voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca.” Escogidos para conocer
su voluntad y, ¿cuál es su voluntad? Que seamos instrumentos escogidos para ir
y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que
Jesús nos ha enseñado; con la confianza de que Él estará con nosotros todos los
días hasta el fin del mundo. (Hechos 9:15; Mateo 28:19-20). También nos
escogió, para que veamos al justo y, para eso debemos hacer lo que Dios le dice
a Pablo en Hechos 26:16: “Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para
esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que
has visto y de aquellas en que me apareceré a ti,” la fe nos lleva a vivir
nuestra vida y a obrar “como viendo al invisible” (Hebreos 11:27). Asimismo,
nos escogió para que oigamos la voz de su boca y el oír su voz es parte del
Primero y Principal Mandamiento que nos dio Jesús: veamos Marcos 12:29 “Jesús
le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel;” y esto obedece a
una razón fundamental en nuestra relación con Dios la cual encontramos en
Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
Y porque sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que Él existe, y que es galardonador de los que le buscan (hebreos
11:6).
Otra razón
por la que nos ha escogido, está en Isaías 43:7b “Para gloria mía los he
creado, los formé y los hice.” Escogidos para glorificar su santo nombre,
oyendo su voz, haciendo su voluntad y andando como viendo al invisible. Cada
quien en su corazón puede evaluar con humildad y sinceridad si ante el Señor
está viviendo conforme a lo que Él espera de sus escogidos y, si no, es el
momento de enderezar los caminos y las sendas. El que tiene oído, oiga lo que
el Espíritu dice a las Iglesias. Oración.
«Padre
nuestro que estás en los cielos, honor, honra y gloria para ti, gracias te
damos en el nombre de Jesús por ese don inmerecido de ser escogidos desde antes
de la fundación del mundo para ser adoptados como hijos tuyos, por la gracia
que nos ha sido dada en Cristo Jesús. Padre amado, esa gracia de ser escogidos,
llamados y adoptados como hijos del omnipotente, omnipresente y omnisciente
Dios, nos compromete a vivir como sus hijos, en obediencia a Él a ser santos,
porque Él es santo y, sabemos que en nuestras propias fuerzas no podemos
lograrlo, por ello te pedimos que nos llenes con tu Santo Espíritu y guíes
nuestros pasos y guíes nuestro corazón para vivir en obediencia a ti con el
temor de Dios en nuestro corazón, para honra y gloria de tu Santo Nombre. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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