“Generosidad
y Prosperidad. El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también
será saciado.” Proverbios 11:25
“Honra a
Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos
tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de Mosto.” Proverbios
3:9-10
Entendiendo
la Generosidad como la propensión del ánimo a anteponer el honor, el respeto,
la honestidad, la pureza, la honra y la estimación a la utilidad y al interés
personal; al igual que largueza y liberalidad ante la necesidad del prójimo;
explica el porqué de este proverbio: “El alma generosa será prosperada”
(Proverbios 11:25a) Porque es una virtud que practicada con amor engrandece,
prospera, fortalece el alma de quien la practica.
“El que
saciare, él también será saciado.” Satisfacer con amor la necesidad de quien la
sufre tiene una recompensa para el que lo hace, escrito está: “Dad y se os
dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo;
porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”. (Lucas 6:38)
Dios también
prueba nuestra generosidad para con Él al decirnos: “Honra a Jehová con tus
bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros
con abundancia, y tus lagares rebosarán de Mosto.” (Proverbios 3:9-10) Este
mandato se confirma en Malaquías 3:10: “Traed los diezmos al alfolí y haya
alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si
no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición
hasta que sobreabunde.” Al respecto del cumplimiento de este mandato, que a
pesar de que es un mandato con una promesa de retribución muy grande, el Señor
que sabe lo que cuesta cumplirlo al creyente porque no entiende que quien lo
manda, no necesita de ello y, por otra parte, que nosotros no podemos dar nada
a Dios si Él no nos lo da primero. Al respecto al no cumplir con este mandato
dice el Señor: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y
dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.” (Malaquías
3:8)
Como
creyentes debemos tener muy claro que, nuestra responsabilidad ante el Señor
llega hasta depositar nuestros diezmos en el alfolí, lo que acontezca con la
administración de ellos, es responsabilidad ante Dios de quien los administra;
porque muchas veces esto se toma como excusa para no hacerlo y con ello, por un
lado, incumplimos ante El Señor y, por otro, nos perdemos las promesas que su
cumplimiento conlleva. Generosidad y
Prosperidad
Oración.
«Amado Dios,
Padre Todopoderoso y Eterno, tu misericordia es desde siempre y para siempre y
alcanza y sobreabunda para todos, gracias te damos Señor por tanta generosidad
con que nos has sustentado, nos sustentas y nos sustentarás todos los días de
esta vida que en tu amor y en tu misericordia nos permites vivir. Aún en los
momentos más terribles de nuestra vida, cuando creemos que ya no hay esperanza,
tu brazo siempre estará extendido para bendecirnos, sustentarnos, socorrernos y
levantarnos. Gracias amado Dios por todo lo que has hecho, por lo que haces y
por todo lo que harás. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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