Lo insondable de Dios.
“¡Oh
profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán
insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Romanos 11:33
Cuando
pensamos en Dios con nuestra mente humana, nos enfrentamos a la gran dificultad
de tratar de comprender a un ser que en todo excede nuestro conocimiento y
nuestra comprensión de las cosas. ¿Cómo tratar de formarnos una imagen concreta
de alguien que excede todo lo alto, todo lo profundo y todo lo ancho y que
además es omnisciente, omnipotente y omnipresente? ¿Alguien en quien la
inmensidad de un universo que no alcanzamos ni siquiera a imaginar, y que Él
creó, está inmerso en Él mismo? ¿Cómo entender que ese alguien cuya
magnificencia, poder, sabiduría, ciencia y amor que sobrepasan todo
conocimiento, nos haya escogido para adoptarnos como sus hijos por la gracia
que nos es dada en Cristo Jesús? Y ¿Cómo entender que ante todo esto sigamos
siendo necios, contumaces y rebeldes? Bien dice la Palabra: “Mi pueblo fue
destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento,
yo te echaré del sacerdocio y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me
olvidaré de tus hijos.” (Oseas 4:6) Y colgado en la cruz del calvario “Jesús
decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” (Lucas 23:34 a)
Hermanos, a
nosotros los escogidos, los llamados, los justificados y glorificados nos ha
sido dada la gracia de llevar el conocimiento del evangelio a los que se hallan
en la ignorancia, de llevar la luz de la palabra de Dios a aquellos que están
en tinieblas porque “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?
¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien
les predique?” (Romanos 10:14) Estamos llamados a apropiarnos de lo que el
apóstol Pablo dice: “A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los
santos, me fue dada esta gracia de anunciar, entre los gentiles el evangelio de
las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la
dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas
las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer
por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares
celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro
Señor.” (Efesios 3:8-11)
¿Descubrirás
tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? (Job
11:7) O te rendirás ante Él como Saulo y le dirás: “Señor, ¿Qué quieres que yo
haga?” (Hechos 9:6 a) Oración.
«Padre Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo y Padre nuestro, insondables son las riquezas
de tu sabiduría y de tu ciencia e inescrutables tus caminos y tus sendas, lejos
están de nuestra finita mente humana porque tú Señor eres sobrenatural y tu
magnificencia y tu poder son inimaginables para nosotros. Te damos gracias por
nuestro Señor Jesucristo, porque a través de Él te has manifestado a nuestras
vidas y solamente por la revelación de tu palabra que nos haces por tu Santo
Espíritu nos permites conocer lo que en tu amor quieres que conozcamos de ti
Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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