Usa la llave
“Y a ti te
daré las llaves del reino de los cielos” Mateo 16: 19a.
En la casa,
en el trabajo o en cualquier lugar, la persona que tiene a cargo las llaves es
generalmente quien posee mayor autoridad o mayor grado de confianza; no le
damos la llave de algo valioso a un desconocido.
En el reino
de los cielos pasa algo parecido, una vez entramos en él mediante la fe en Jesucristo,
se nos da la autoridad de ser hechos hijos de Dios y se nos entregan ‘las
llaves’ que aprendemos a utilizar a medida que crecemos en el conocimiento de
Dios y de su reino. El plural de este versículo denota probablemente que hay
muchas llaves, pero hoy conoceremos una de las principales: La oración. Orar
hace referencia a la comunicación verbal, íntima y sincera con nuestro Padre
celestial, se constituye en una disciplina que entre más la practiquemos, más
fácil se volverá.
Cuando
oramos abrimos la puerta del corazón mismo de Dios, permitiéndonos conocer al
mejor y más amoroso, dulce y misericordioso Padre que nos espera con brazos
abiertos y rodillas dispuestas a soportarnos mientras derramamos nuestra alma
delante de Él. En este lugar no hay culpas, ni recriminación, ni dolor, sino
perdón y libertad, hay poder para vencer la adversidad y amor infinito que le
da sentido hasta al más vil de los mortales.
Hoy Dios nos
sigue diciendo lo mismo que le dijo a Israel en tiempos de adversidad: «Porque
yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No
temas, yo te ayudo” Isaías 41:13. Oración.
«Padre Dios,
me acerco al lugar de tu presencia sabiéndome indigno de ti, pero creyendo que
la sangre de tu Hijo Jesús me limpia y me pone a su mismo nivel de hijo tuyo.
Me arrepiento por pecar contra ti; mi anhelo es conocerte más, amarte y
agradarte en todo mientras me des vida. Eres el anhelo de mi corazón y mi dulce
refugio. Amén. Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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