Lección de obediencia
“Hijo mío,
no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura
de días y años de vida y paz te aumentarán. Nunca se aparten de ti la
misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu
corazón; y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los
hombres”, Proverbios 3: 1-4
La palabra
de Dios no debe ser un concepto más de los tantos que tenemos en el intelecto;
no tiene que estar solo en nuestra mente, sino y más importante es que la
guardemos dentro de nuestro corazón; entiéndase corazón, bíblicamente hablando,
como el centro de la voluntad, los deseos y las motivaciones y de donde derivan
finalmente nuestras decisiones.
Dios ha
dicho “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” Jeremías
29:11. Para conocer los pensamientos que Dios tiene acerca de nosotros es
necesario conocer su palabra, pasar tiempo de calidad con Dios, renunciar a
nuestra propia prudencia, humillarse y obedecer. Hoy más que siempre
necesitamos reconocer a Dios como la máxima autoridad en nuestra vida,
volvernos de nuestro desvarío y experimentar a través de la obediencia la vida
larga y abundante que Dios ha planeado darnos.
Conocer la
palabra de Dios, implica un esfuerzo adicional a través del estudio diario de
la Biblia, la oración, la congregación, el testimonio y la obediencia. Conocer
verdaderamente al Creador nos mantendrá en el centro de su voluntad, su ley (su
palabra) nos dará la sabiduría y la inteligencia para gobernar todas las aéreas
de la vida, gozaremos de paz, salud y gracia ante los ojos de Dios y de los
hombres. Oración.
«Padre Dios
he cerrado mis ojos a tus caminos y no he guardado tus mandamientos en mi
corazón, por eso tomo decisiones apresuradas según mis propios caminos y ahora
sufro las consecuencias de mi desvarío. Te invoco con todo mi ser, rescátame de
mi orgullo y prepotencia, déjame experimentar el atesorar tu palabra en lo más
profundo de mi ser y caminar en obediencia. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario