Tres decisiones trascendentales. Parte 3
“Muchos
hombres proclaman cada uno su propia bondad, Pero hombre de verdad, ¿quién lo
hallará? Camina en su integridad el justo; Sus hijos son dichosos después de
él”, Proverbios 20:6-7
“Mujer
virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las
piedras preciosas… Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que
teme a Jehová, ésa será alabada”, Proverbios 31: 10 y 30
La segunda
decisión trascendental para la vida tanto de hombres como de mujeres es ¿Junto
a quién pasaremos el resto de la existencia?. Es trascendental porque de esta
decisión dependerá no sólo la herencia (genética, espiritual y material) que le
podamos dejar a nuestros descendientes, si no nuestra tranquilidad futura pues
no es lo mismo estar junto a un hombre de verdad que camina en integridad o
junto a una mujer virtuosa que tiene temor de Dios en su corazón, que junto a
un hombre o una mujer que se dejan gobernar por su corazón egocéntrico y
dependen de sus circunstancias y no del Creador o acaso ¿Andarán dos juntos, si
no estuvieren de acuerdo?, Amós 3:3.
La vida no
es fácil, de allí la importancia de encontrar la ayuda idónea con la que
seremos una sola carne, aquella persona del sexo opuesto que encaja
perfectamente con el plan y propósito que Dios tiene destinado para cada uno de
nosotros. El matrimonio puede no ser perfecto pero si es con la persona
adecuada será como agua en el desierto, como luz en medio de la noche más
oscura o como un lugar de pastos verdes donde se sacian todos los animales del
campo. Lo contrario también es cierto, si es con la persona incorrecta lo
lamentaremos cada día de nuestra vida. Cabe decir que también están los que prefieren
estar solos, o mejor dicho, los que escogen a Dios como su compañero de viaje
lo cual siempre será muchísimo mejor que estar mal acompañados, a ellos Dios
les da el don de la continencia y su ayuda para poder resistir las tentaciones
y embates de la vida.
Una relación
personal con Dios nos garantizará estar a la altura de nuestra ayuda idónea y
poder escogerla en el momento adecuado. Un hombre de verdad y una mujer
virtuosa se estarán esperando entre sí para vivir la vida que Dios tiene para
ellos, y no serán decepcionados. Oración.
«Padre
celestial haz de mí el hombre de verdad o la mujer virtuosa que quieres que yo
sea, dame la capacidad para esperar la persona idónea con la que compartiré mi
vida entera y amor por ti. Amen. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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