La decisión
más importante
“Bienaventurado
el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová
está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche”. Salmos 1: 1-2
El libro de
los Salmos en la Biblia es una colección de 150 cánticos inspirados por Dios
mismo con el propósito de enseñarnos la verdadera adoración, para tener una
relación profunda, personal e íntima con Él. Los salmos nos enseñan cómo debe ser
el verdadero corazón de un hombre que quiere agradar a Dios y se constituye en
la esperanza de quienes somos sus hijos. El primer Salmo nos habla acerca de la
decisión más importante que debemos tomar los seres humanos: ¿Dónde pasaremos
la eternidad? En el cielo (La vida eterna) o en el infierno (la muerte eterna).
Ambas decisiones implican una acción y una consecuencia:
La vida
eterna habla de la ‘Ley de Jehová’, de deleitarnos y meditar en ella todo el
tiempo. Esta ley se refiere a la ley del amor de Dios por su pueblo descrita en
Juan 3: 16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna”. Esta es la ley que determina la salvación única y exclusivamente por
la fe en Jesucristo y su obra en la cruz, no por obras humanas, que aunque
muchos están dispuestos a hacer, jamás serán suficientes para satisfacer la
perfecta santidad que Dios demanda. La consecuencia de obedecer la ‘ley de
Jehová’, se resume en esta bienaventuranza: “Será como árbol plantado junto a
corrientes de aguas,que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo
que hace, prosperará”. Salmos 1 : 3
La muerte
eterna será el resultado de rechazar este regalo de amor que es Jesús, negar la
fe y pecar deliberadamente contra Dios, contra el prójimo y contra sí mismo.
Aquellos que escogen este camino serán “como el tamo que arrebata el viento”.
Salmos 1: 4-6 Oración.
«Padre Dios,
gracias porque me amas y tu amor me salvó de mi pecado. Yo decido creer en
Jesús, en su vida, en su obra y su resurrección. Ayúdame a vivir en obediencia
a tu palabra y ver los frutos de la fe en mi vida. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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