Un hombre
conforme al corazón de Dios
“Quitado
éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He
hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo
que yo quiero”. Hechos 13:22
Como vimos
en la serie de devocionales previa, David pecó gravemente contra Dios, cometió
adulterio y fue el autor intelectual del asesinato de un hombre inocente. ¿Pero
qué lo hacía tan especial para haberse ganado el título de ser un hombre
conforme al corazón de Dios? Probablemente fue que se reconocía así mismo como
un hombre miserable, en un Salmo él dijo:
“Como el
ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el
alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me
presentaré delante de Dios?” Salmos 42: 1-2.
Cuando David
se enteró que había pecado contra Dios, se arrepintió de corazón, sin excusas
ni justificaciones, así lo escribió: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu
misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis
rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí…crea en mí, oh Dios, un
corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de
delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu” Salmos 51:1-3, 10-11.
También asumió con completa dependencia a Dios las consecuencias que el pecado
trajo sobre su vida y la de su familia, recibiendo del Padre Eterno la guía y
la luz en las noches más oscuras de su vida.
Dios
restauró el reino de David y cumplió su promesa de que de su descendencia
vendría el Mesías, el Rey Eterno que salvó a la humanidad de la muerte eterna.
David tuvo un corazón conforme al de Dios porque se humilló ante Él y se sujetó
sin reservas a sus designios y voluntad. Su amor por Dios no conoció límites,
de este amor dan cuenta más de la mitad de todos los salmos escritos en la
Biblia cuyo autor es David, los cuales nos dan luz acerca de lo que significa
tener una relación personal e íntima con el Creador. Oración.
«Padre Dios,
quisiera amarte sin reservas como lo hizo David, vivir para hacer tu voluntad,
sirviéndote a ti y a mi generación para gloria de tu nombre. Dame un corazón
humilde, que dependa por completo de ti. Amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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