Todo
sufrimiento llegará a su fin
“De cierto,
de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se
alegrará; pero, aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá
en gozo. La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero
después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo
de que haya nacido un hombre en el mundo. También vosotros ahora tenéis
tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os
quitará vuestro gozo”. Juan 16:20-22
“Enjugará
Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más
llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. Apocalipsis
21:4
Estas
promesas nos muestran que el dolor no será para siempre, con Cristo
desaparecerá. Nuestra fe está puesta en su regreso y en el cumplimiento de su
Palabra. Esto debe fortalecernos y animarnos en la espera, porque quizás
estemos pasando por procesos fuertes, por enfermedad, muerte y dolor, pero Él
ha prometido que secará todas nuestras lágrimas.
En este
mundo hay aflicción, el dolor es un patrón constante en esta vida, pero Jesús
nos recuerda en su Palabra, que, así como la embarazada sufre dolores en el
parto cuando ha llegado la hora de dar a luz, después de que tiene su bebé en
los brazos olvida todo el sufrimiento que llegó a sentir. El gozo de Dios opaca
todo sufrimiento, por eso, aunque pasemos por muchas tristezas, todas serán
cambiadas en alegría cuando nos reencontremos con Jesús. Él dice: “ahora tenéis
tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os
quitará vuestro gozo”.
Hermanos,
todo sufrimiento desaparecerá y ya no habrá más angustias. En el cielo no va a
existir el llanto, ni la tristeza, porque todas las cosas terrenales pasarán y
veremos cara a cara a nuestro Señor Jesús quien quitará toda lágrima de
nuestros ojos. Nuestra vida en sufrimiento es corta, comparada con la vida en
gozo eterno, que Dios nos tiene preparada.
Recordemos
entonces la promesa de Jesús y encontremos consuelo en que un día acabará todo,
solo el Reino de Dios es eterno, y cuando estemos allí nuestro gozo y gloria serán
grandes y olvidaremos todo sufrimiento en esta tierra. Oración.
«Dios Amado,
tú eres lo único eterno, fortaléceme en mis debilidades mientras pase mi tiempo
en esta tierra, que yo encuentre consuelo en ti y en tus promesas. Ayúdame a
entender que todo pasará, haz que suelte en este momento el dolor que he
cargado por tanto tiempo y me refugie en tus amorosos brazos para sentir tu
amor, entendiendo que todo sufrimiento tiene su fin. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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