Permanecer en el amor de Dios
“Si
guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado
los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.” Juan 15:10
“Este es mi
mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os he amado.” Juan 15:12
Amar a Dios
es guardar sus mandamientos y su mandamiento es que nos amemos unos a otros.
Amarnos unos
a otros es básicamente vencer al mundo. (1 Juan 5:2-4)
Vencer al
mundo es batallar con los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la
vanagloria de la vida.
Deseos de
los ojos: avaricia, ambición, codicia y cosas semejantes.
Deseos de la
carne: apetitos desenfrenados; gula, fornicación, adulterio, idolatría,
borracheras, pleitos, orgías y actos similares.
Vanagloria
de la vida: egoísmo, orgullo, arrogancia y actitudes parecidas.
Finalmente,
¿quiénes son los vencedores? 1 Juan 5:5 dice “¿Quién es el que vence al mundo,
sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”
Hermanos,
nuestra fe en Cristo nos hace más que vencedores de los deseos del mundo porque
todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Entonces estamos llamados a no
satisfacer los deseos de la carne, sino a amar al prójimo y permanecer en el
gran amor de Dios. Nuestra fe en el Señor es nuestra victoria. Oración.
«Papito
Dios, tus mandamientos no son gravosos, sé que me amas y quieres que los
obedezca para que me vaya bien en todo lo que emprenda y para tener una buena
relación contigo y con los demás, permíteme, Señor, permanecer en ti y en tus
palabras y así llevar mucho fruto para que tú seas glorificado, en el nombre de
Cristo Jesús, amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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