Jesucristo
nuestra mayor influencia
“Entonces
viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y
del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús”.
Hechos 4:13
Pedro y Juan
hablaron con osadía el evangelio de Jesucristo, los gobernantes y religiosos al
darse cuenta que eran personas sin estudio quedaron asombrados y lo único que
reconocían era que habían estado con Jesús. Pedro dio un sermón tan poderoso
que ese día se añadieron como tres mil personas a la iglesia Hechos 2:41. Y es
que Jesús puede impactar vidas de tal forma, que nos empodera y podemos llegar
a hacer grandes cosas en su nombre.
Estos
discípulos estaban frente a religiosos eruditos, que conocían la ley y los
intimidaban para que no hablasen del Señor Jesús, pero respondieron con la
sabiduría que provenía de Jesús. Quizás habría poco que destacar de ellos
humanamente, no sobresalieron por ser educados, por ser personas influyentes
socialmente o pertenecer a familias ilustres, pero sí se diferenciaron por ser
personas humildes, trabajadoras y dispuestas a dejarse moldear por su líder y
maestro, Cristo, quien los escogió así para manifestar su poder y su gloria en
ellos.
Bien dice el
apóstol Pablo en 1 Corintios 1:27 “sino que lo necio del mundo escogió Dios,
para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para
avergonzar a lo fuerte”.
Entre más
andemos con Jesús más nos pareceremos a Él. Relacionarse con el Hijo de Dios,
hace que nuestra manera de hablar cambie, que nuestros pensamientos y actitudes
sean transformados de tal forma que vean a Jesús a través de nosotros. Cuando
permitimos que su Espíritu Santo nos guíe, entonces hablaremos con sabiduría y autoridad.
La
influencia de otros puede marcar nuestra vida para bien o para mal, por eso es
importante saber con quién nos relacionamos. Si Jesús es nuestra mayor
influencia entonces nuestras convicciones serán firmes, transmitiremos su
mensaje con autoridad y claridad, sentiremos su amor para hacer todo con gracia
y misericordia, estaremos dispuestos inclusive a pagar un precio por creer en
Él. Es el momento de hacer una evaluación de nuestra vida y mirar cuánto hemos
permitido que Jesús la influencie y la transforme, entonces no habrá dudas de
hablar de Él con poder. Oración.
«Amado Señor
Jesús quiero ser cada día más como tú, enséñame a sentir y amar como lo haces,
a ser misericordioso y bondadoso con mis semejantes, a hablar y a pensar
conforme a tu Palabra para ser testigo fiel de tu mensaje de salvación. Lléname
del fruto de tu Espíritu para seguir tus pisadas. Amén. Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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