Señor no
quiero traicionarte
«Entonces
Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para
entregárselo. Ellos, al oírlo, se alegraron, y prometieron darle dinero. Y
Judas buscaba oportunidad para entregarle.» Marcos 14:10-11
Cuando Jesús
dijo en Marcos 14:18 “Y cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo
Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a
entregar.” Y en el versículo 27(NTV) “Todos ustedes me abandonarán”, más uno de
los discípulos se dijo para sí mismo: “yo no lo haré” y quizás nosotros también
lo hemos dicho. Pero habrá situaciones en la vida cristiana tan tensas, donde
sentiremos la presión del mundo sobre nosotros, que pueden hacer tambalear
nuestra fe, es allí donde podemos traicionar o abandonar a Jesús, y aún más
como el apóstol Pedro, llegar a negar que conocemos al Señor.
Y es que hay
cosas en la vida que pueden hacernos fallar, como cuando alguien usa el
chantaje y la extorsión para que cedamos ante algo ilegal, o cuando en nuestro
trabajo se nos prohíbe hablar de nuestra fe, o cuando mentimos para ocultar
cualquier falencia en nuestra vida, etc.
Jesús le
hace la última llamada de amor y advertencia a Judas, diciéndole: «Yo sé lo que
piensas hacer. ¿No quieres detenerte?, pero Judas está cegado por la codicia y
no entiende las consecuencias de lo que hará. Así es con nosotros, el Señor nos
llama con amor y nos advierte lo que sucederá si nos desviamos del camino, pero
Él respeta nuestra libre voluntad, su amor nos invita a hacer lo correcto, su
verdad nos advierte de las consecuencias de nuestros pecados. Lo terrible de
todo esto es que no pongamos atención a su voz y terminemos haciendo lo que no
está bien. No habrá más responsables de nuestro pecado que nosotros mismos.
Este pasaje
es una invitación de Dios a que lo amemos de tal manera que su voz, su Palabra,
sea más atractiva que cualquier voz que nos invite a traicionarlo o a
abandonarlo. Vendrán tiempos muy difíciles que sólo podremos soportar si
permanecemos al lado de aquel que quiere que estemos todos los días en comunión
con Él, en oración y en el conocimiento de su palabra. ¿Negaremos nuestra fe
cuando nos identifican como cristianos?
Oración inicial
«Señor tú me
invitas todos los días a sentarme a tu mesa para tener comunión contigo, para
llenarme de tu Palabra y así fortalecer mi fe en ti. No permitas que ninguna
situación de este mundo o alguna voz extraña me incite a alejarme de ti, de tal
manera que te traicione o te abandone. Dame la fuerza para soportar la presión.
Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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