martes, 19 de enero de 2021

Gozo y paz en medio de la adversidad

 


Gozo y paz en medio de la adversidad

“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”. Romanos 15:13

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16:33

Sólo por el poder del Espíritu Santo podemos experimentar gozo y paz en medio de las adversidades. El mundo ha perdido la esperanza con tantas pruebas y tristezas que está afrontando. El gozo de muchas personas se ha apagado por el dolor, la enfermedad y la pérdida, estos tiempos difíciles han robado la paz. Como hijos de Dios no podemos dejar que nuestro corazón se desanime, porque Jesús está en nosotros y nos ha dado un regalo: paz en la mente y en el corazón.

El Señor no quiere que tengamos miedo, incluso en medio de las circunstancias que estamos viviendo, sino valor para seguir adelante trayendo consuelo y esperanza a los que decaen.

“El Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer”. Necesitamos fe para confiar en el amor del Señor a pesar de todo, de modo que podamos tener esperanza por medio del poder santificador y consolador del Espíritu Santo, quién quita toda duda y temor. Nuestro propio poder nunca lograría esto, porque sólo podemos tener dominio cuando el poder de Cristo cubre nuestra debilidad. Como dice 2 Corintios 12:9: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”.

No se trata de cualquier clase de paz, sino la paz que produce estar en íntima comunión con Dios, que sólo encontramos en Él y que el mundo no nos puede brindar. Siempre estaremos en constante presión en el mundo, pero nuestro triunfo está asegurado porque ya Cristo ganó la victoria espiritual en la cruz y podemos enfrentar el futuro con valentía.

Debemos entonces animarnos porque Cristo ha vencido al mundo ante nosotros, por eso cuidémonos de no desfallecer, orando sin cesar.  Oración.

«Amado Jesús ayúdame a poner mi mirada en ti, para encontrar la fuerza para seguir y la paz que necesita mi alma, sólo tú Espíritu Santo entiendes mi dolor, porque moras en mí y me conoces perfectamente, lléname sobrenaturalmente de tu gozo y paz para no caer en amargura. Que tu paz gobierne mi vida y guarde mis pensamientos porque hoy decido confiar en ti. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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