La unción
divina.
“Cuando
habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes
de que sea quitado de ti. Y él le respondió: Te ruego que una doble porción de
tu espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres
cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más si no, no. Y aconteció que
yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó
a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba:
¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le
vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. Alzó luego el manto de
Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. Y
tomando el manto, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de
Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a
otro lado, y pasó Eliseo”
Ser ungido
por Dios no es sólo ser elegido, sino ser revestido del poder de Dios, para
realizar la tarea a la cual Él lo ha llamado. La unción proviene de Dios y
fluye en un corazón quebrantado y humilde delante del Señor.
Leemos en la
Biblia, Eliseo siguió y sirvió a Elías hasta el fin, y antes de que Elías fuera
arrebatado por el Señor para ir al cielo, le dijo a Eliseo: Pide lo que quieras
que haga por ti, antes de que sea quitado de ti. Y él le respondió: Te ruego
que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has
pedido.
¿Ese afable
anhelo de Eliseo está en nuestro corazón?
La unción
requiere humildad. Eliseo fue lo suficientemente humilde para aprender de su
maestro y pedirle una doble porción de su unción. Eliseo siguió los pasos de su
maestro.
La Biblia
dice que Eliseo alzó el manto de Elías e inmediatamente fue al Jordán, golpeó
las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo
golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó
Eliseo. Eliseo golpeó las aguas del Jordán de la misma manera que lo hizo
Elías, y después resucitó un muerto utilizando el mismo método. El poder de
Dios vino a reposar sobre la humildad de Eliseo para hacer el doble de milagros
que había hecho Elías. Dios usa a unas personas más que a otras, porque son los
suficientemente humildes para aprender de otros.
Dios no va
ungir a nadie que no es capaz de agacharse, de doblegar la cerviz y recoger el
mando que otro dejó tirado. El maestro Elías le enseño que el manto era para
hacer milagros, no para jactarse del poder del mismo.
Hermano:
¿Quieres la unción de Dios sobre tu vida? Desarrolla en ti el carácter de
Cristo. Y esa Unción nos capacita para llevar fruto, y fruto en abundancia. Oración.
Señor Jesús,
examina mi corazón y consume todo rasgo de orgullo o prepotencia que pueda
haber en mí, quiero aprender de ti que eres manso y humilde de corazón, quiero
doblegar mi cerviz, para que tu santa unción repose sobre mi vida. Quiero doble
porción de su Santo Espíritu. Te anhelo mi Señor. Amen. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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