Ayúdanos a
seguir tu voz
“Ahora,
Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie
entraba ni salía. Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a
Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos
los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis
durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de
carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y
los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno
de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran
voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho
hacia adelante”. Josué 6:1-5
“Porque yo
sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de
paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Jeremías 29:11
Los
pensamientos de Dios nunca serán como los nuestros, Él actúa de maneras tan
sorprendentes que a veces parecen ilógicas para nuestra razón. Las
instrucciones que le dio a Josué para la toma de Jericó no tenían sentido: dar
vueltas a una ciudad en silencio, creer que esto haría que los muros cayeran y
poder vencer así a los enemigos; sin embargo, Josué no dudó en obedecer la voz
de Dios.
La
estrategia de Dios confundió al enemigo porque no sabían por qué lado iban a
entrar, los atalayas solo observaban al ejército de Israel dar vueltas
alrededor del muro. Lo que no sabían es que Dios iba a derrumbar la muralla con
todo su poder.
La Palabra
de Dios tiene poder y somete a juicio nuestros pensamientos y las intenciones
de nuestro corazón, nos ayuda a discernir entre lo malo y lo bueno, por eso
aunque no la entendamos a veces, debemos obedecer sus instrucciones. Quizás hoy
el Señor nos recuerda que si nos dan en una mejilla debemos colocar la otra,
que perdonemos al que nos hace daño, que oremos por los que nos odian, que
sirvamos a quienes nos rechazan, todas estas son instrucciones confusas pero
que al obedecerlas podemos cambiar las circunstancias en las que estamos
envueltos.
Nuestra
conquista depende de la fe, si amamos a pesar de, podemos ganar la respuesta
voluntaria de la gente para que conozcan el amor de Dios. Quizás hoy nos está
hablando a una situación latente y nos manda a enmudecer porque la batalla no
es nuestra sino de Él. Como dice Salmo 46:10 “Estad quietos, y conoced que yo
soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.” No
es a nuestra manera, sino a la manera de Dios que veremos grandes respuestas. Oración.
«Amado
Padre, dame la fuerza y la capacidad para seguir las instrucciones de tu
Palabra, aunque no las comprenda del todo, ayúdame a seguir siempre tu voz y a
obedecer las cosas que me dices, sólo así entenderé que tus pensamientos y
caminos son superiores a los míos y que tú librarás mis batallas a tu manera,
dando una respuesta victoriosa a mi situación. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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