No temas;
porque yo te redimí
“Porque la
ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y
de la muerte.” Romanos 8:2
“Pues no
habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino
que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba,
Padre!” Romanos 8:15
¿Temor o
inseguridad por la posibilidad de volver a cometer los mismos errores del
pasado? El Señor te dice: no temas; porque yo te redimí.
El Dios
todopoderoso y eterno que nos ha adoptado como sus hijos en Cristo nos está
diciendo el día de hoy, ‘yo envié mi Espíritu Santo a morar en ti para que ya
no vivas para el pecado, sino que ahora te dejes guiar y vivas conforme al
Espíritu’.
Hermanos,
dice la Palabra de Dios que, si nosotros hemos recibido a Cristo en nuestra
vida, somos libres del poder del pecado que lleva a la muerte, gracias al
Espíritu Santo que ahora mora en nosotros y nos da la libertad y capacidad para
vivir de acuerdo con lo que agrada a Dios, que en realidad nos da la vida y la
paz (Romanos 8:2, 6).
Hemos sido
liberados y no tenemos ninguna deuda con el pecado, no tenemos que estar
obedeciendo a lo que nuestra carne nos incita a hacer, por el contrario,
estamos llamados a hacer morir esas malas acciones a través de la dirección y
poder del Espíritu Santo que mora en nosotros y nos da la capacidad para ser
obedientes a Dios.
Así que, no
tenemos que vivir con temor a causa de nuestro pasado, porque no hemos recibido
un espíritu de esclavitud, sino el Santo Espíritu de Dios quién nos da la
seguridad que ahora somos hijos de Dios y libres del poder del pecado. Oración.
«Papá Dios,
gracias, gracias porque me amas, yo entiendo que te necesito y que sin ti no
sería posible tener una vida plena y en abundancia, te alabo y te bendigo
porque solo tú, Señor, me pudiste liberar de la esclavitud en la que me
encontraba por causa del pecado, enviaste a tu hijo y condenaste al pecado en
su carne mediante el sacrificio en la cruz, ahora sé que no debo temer sino
confiar en que tu Espíritu vivificará mi cuerpo y me permitirá andar conforme a
tu voluntad y propósito, amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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