La unidad
del Espíritu, parte 2
“Yo en
ellos, y Tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca
que Tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has
amado.” Juan 17:23
Iglesia,
Cristo en nosotros con el fin de que el mundo conozca al Padre, su amor y su
verdad. ¿Nos estamos ocupando en esto?
En la
oración de Jesús por sus discípulos, pide al Padre 3 cosas muy importantes que
debemos tener en cuenta:
Primero,
pide que nos guarde con el fin de que seamos uno (Juan 17:11).
Segundo, que
nos santifique con su Palabra de verdad (Juan 17:17).
Tercero, que
seamos uno en el Padre y en el Hijo (Juan 17:21).
Pero también
hay una cuarta que tiene que ver con el propósito por el cual el Señor ruega
por nosotros, Él pide por aquellos que han de creer en Él por el mensaje que
escuchen de nosotros (Juan 17:20). Precisamente con ese objetivo es tan
ferviente la oración de Jesús, que sus discípulos vayamos al mundo a testificar
de Él mostrando con cuánto amor nos ha amado el Padre para que los que crean
puedan tener vida eterna, porque la única manera de tener esta vida es
conociendo al único Dios verdadero y a Jesucristo a quien Él envió (Juan
17:2-3). Es lo que también llamamos, la gran comisión, ir y hacer discípulos
por todo el mundo, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todo lo que Dios nos ha mandado (Mateo
28:19-20).
Entonces,
queridos hermanos, preguntémonos lo siguiente:
Como iglesia
e hijos de luz y miembros del cuerpo de Jesús ¿estamos gozando de su amor
usando correctamente la Palabra de verdad para santificarnos? y ¿estamos
glorificando al Padre unidos en el Espíritu dando a conocer a su Hijo?
Pues bien,
nuestro Señor hoy nos exhorta, de manera entrañable, a amarnos como hermanos
los unos a los otros, a no ser perezosos sino diligentes sirviendo al Señor con
espíritu fervoroso y a mantenernos constantes en la oración (Romanos 12:10-12),
así como también nos anima a permanecer firmes y constantes creciendo en su
obra siempre, sabiendo que nuestro trabajo en Él no es en vano (1 Corintios
15:58). Oración.
«Padre de la
gloria, tu Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos tus hijos,
discípulos de Cristo con la misión de glorificarte, llevando tu mensaje de
salvación por todo el mundo; te pido, Padre Santo, que seas Tú fortaleciendo la
comunión con nuestros hermanos en Cristo, por medio de tu Santo Espíritu, y así
unidos a ti podamos cumplir con tu gran comisión, en el nombre de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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