Sufrir por
ser verdaderos cristianos
“pero si
alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por
ello.” 1 Pedro 4:16
“Pues tengo
por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la
gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” Romanos 8:18
La primera
vez que llamaron cristianos a los discípulos de Cristo fue en Antioquía (Hechos
11:26); y según la Palabra de Dios, en estos primeros años, después de la
resurrección de nuestro Señor Jesucristo, la iglesia fue perseguida, era
considerada una secta y se hablaba en contra de ella en todas partes (Hechos
28:22).
El Señor
Jesús había anticipado, que, así como Él fue perseguido, los creyentes también
lo serían, (Juan 15: 20a), pero en contraste, también, así como lo escucharon a
Él, también a nosotros nos escucharán (Juan 5:20b).
En muchas
ocasiones, nuestras aflicciones son la forma de manifestación divina, que
deriva en un testimonio de cuánto nos ama el Señor y de cómo se manifiesta
incluso en las debilidades de sus hijos, para que toda la gloria se quede para
Él, no para nosotros, así que no tenemos motivo para sentir vergüenza, si
padecemos por causa de Cristo, sino que glorifiquemos a Dios, por ser tenidos
como dignos de sufrir afrenta por su Nombre (Hechos 5:41).
Porque vemos
cómo el mundo y las redes sociales están inundadas de ideas y pensamientos en
contra del conocimiento y verdad que profesamos, somos atacados a diario por
nuestra fe y llamados intolerantes por prevenir acerca de las consecuencias del
pecado, y por hablar acerca de que recibir el amor de Dios, es lo único que
puede liberar al hombre de la esclavitud del pecado.
Pero nosotros
debemos predicar a Cristo con una conducta tan ejemplar que, aunque nos acusen
de hacer el mal, los que no creen observen las buenas obras de nosotros y
mediante el cambio de vida que mostramos, puedan tomar ejemplo y llegar también
a la salvación por la fe en Jesús. (1 Pedro 2:12). Así que hermanos, sigamos
adelante, perseverando en nuestra fe y con gozo aceptemos que, si hemos de
sufrir, que sea por ser verdaderos cristianos.
Oración.
«Señor, nada
se compara con el gran amor que nos diste en Cristo, por eso, aunque en este
mundo caído pueda haber aflicción, mi esperanza está puesta en tus promesas
verdaderas y preciosas. Mientras llega el cumplimiento de tu venida, quiero
mantenerme fiel, incluso si me rechazan por causa de tu nombre. Te alabo Señor
y te pido me sostengas. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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