La gran
bendición de congregarnos
“Porque
testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de
que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones, rogando que de
alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir
a vosotros.
Porque deseo
veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados;
esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros
y a mí.” Romanos 1:9-12
Pablo
anhelaba ir a visitar a los hermanos que estaban en Roma, para comunicarles
algún don espiritual, darles una palabra de ánimo, pero también a pesar de ser
un apóstol, designado por el mismo Señor Jesucristo, sabía que iba a ser
también él mismo edificado por sus hermanos en la fe, por eso escribió por
revelación del Espíritu de Dios: “mutuamente confortados por la fe”.
La iglesia
es un organismo vivo, el cuerpo de Cristo, animado por el Espíritu Santo y
alimentado por la Palabra de su gracia, y cada uno de nosotros, somos miembros
del cuerpo de Cristo, que al cumplir con nuestra función específica, ayudamos a
que los demás crezcan y se desarrollen, y entonces todo el cuerpo crece y está
sano y lleno de amor. (Efesios 4:15-16).
Para poder
crecer en amor, en conocimiento, en comunión, afianzar los dones espirituales
(1 Corintios 12:7-11), cumpliendo el propósito de llevar las buenas noticias
del evangelio, nos necesitamos unos a otros para cumplir nuestra tarea (1
Corintios 12:12-20) y también para estimularnos al amor y a las buenas obras.
Por esto no debemos dejar de congregarnos (hebreos 10:24-25), y clamar a Dios que,
dadas las circunstancias actuales, podamos nuevamente reunirnos en su nombre,
porque la virtualidad no reemplaza la congregación, es solo un complemento.
Hoy más que
nunca, debemos clamar a Dios y pedirle que podamos congregarnos nuevamente,
pedirle perdón por las veces que no valoramos la congregación y cambiábamos el
asistir a la iglesia, por cualquier asunto menos prioritario. Hermanos,
¿valoramos ahora más que nunca el poder reunirnos para ser edificados
mutuamente y confortados por la fe? Oración.
«Oh Padre,
cuan hermoso es que los hermanos estemos en armonía alabándote y exaltando
juntos tu nombre. Que sea conocido y glorificado tu nombre por el amor que
tenemos unos por otros. Llénanos de tu Espíritu y permite Señor que podamos
congregarnos para seguir edificándonos, creciendo en el amor y el conocimiento
de Cristo. Amén. Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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