¿Cómo puedo
ser justificado ante Dios?
¿Cómo, pues,
se justificará el hombre para con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de
mujer? Job 25:4
No hay
manera en que un hombre alcance la justicia en sí mismo, no importa qué tanto
intente cumplir la ley, el propósito de la ley no es salvar a quien la cumple
sino mostrar el pecado y cuán lejos de Dios estamos (Gálatas 2:16). La ley es
perfecta y demanda perfección, es pura, limpia y santa pero los hombres somos
carnales con tendencia al pecado. (Romanos 7:12).
¿Entonces
cuál es nuestra esperanza? Pues es, que en este tiempo, ahora, la justicia de
Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas; la justicia
de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en Él.
(Romanos 3:21-22a)
La respuesta
a la pregunta, ¿cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? Es que el
hombre es justificado, hecho inocente a los ojos de Dios, por medio de la fe en
Cristo, por la fe en el justo que murió por los injustos (Romanos 1:17). Cristo
cumplió el castigo que era para nosotros, porque no podíamos alcanzar la
justicia por nosotros mismos, es dada por Dios, es un don divino y esta es la
revelación del evangelio que anuncia este regalo de justicia para nosotros por
medio de la fe en Cristo.
Hermanos,
somos hallados en Él, en Cristo, no teniendo nuestra propia justicia por medio
de obedecer la ley; más bien, llegamos a ser justos por medio de la fe en
Cristo (Filipenses 3:9). Pues la forma en que Dios nos hace justos delante de
Él procede o se basa en la fe. Y Dios coloca como garantía de esta justicia
dada, su Santo Espíritu en el creyente, para derramar de su amor y al tener el
amor de Dios en nuestro corazón (Romanos 5:5), podemos cumplir la ley de amor,
pues el amor no hace mal al prójimo; por tanto, el amor es el cumplimiento de
la ley. (Romanos 13:10). Oración.
«Padre,
gracias a Cristo me has limpiado, me has justificado, me has colocado en tu
presencia, ya no estoy lejos de ti, tengo un futuro y una esperanza, tengo
seguridad no en mí mismo, sino en ti. Dios incomparable lleno de justicia y
bondad, te alabo porque tú mismo nos viniste a buscar por medio de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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