Vuélvete a mí.
“Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí
mismo, y no me acordaré de tus pecados”. Isaías 43:25
“Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus
pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí”. Isaías 44:22
“Borro” es una
expresión tomada de un libro de cuentas, en el que, cuando se salda una deuda,
la suma cargada en cuenta queda cancelada o borrada. En estos versículos, el
Señor nos dice que ha disipado nuestros pecados como una nube y nuestras
ofensas como la niebla de la mañana y nos pide volver a Él, porque pagó un
precio muy alto por nuestra libertad.
Con Dios nunca hay ensayo y error. Él es perfecto y siempre
nos espera, podrá haber días nublados y difíciles a causa de nuestros pecados
pero también nos ha prometido ser “ese sol” en el día oscuro, cuando volvemos
la mirada a Él. No permitamos que el pecado ensombrezca nuestras vidas,
acerquémonos a Dios en arrepentimiento y confiemos en su perdón, Él siempre
está listo para borrar nuestro pecado.
“Vuélvete a mí” es la preocupación de Dios por aquellos que
se han descarriado, que se han salido del camino. Nuestros pecados son como una
nube espesa entre la tierra y el cielo; en otras palabras, son una barrera que
nos separa de la presencia de Dios, pero cuando Él nos perdona la disipa de
manera que el camino al cielo queda abierto otra vez, con nuestra comunión
restaurada y la llenura de su Espíritu en nuestros corazones.
Es gratificante saber que el Señor deshizo la deuda de
nuestro pecado, ya no hay nada que nos acuse. Cuando Dios perdona, olvida por
amor a sus misericordias, por amor a sus promesas y por amor a su Hijo que hizo
su obra perfecta de salvación. Esto nos permite buscar el perdón por la fe en
Él, con un verdadero arrepentimiento y una nueva vida. Dios nos insiste en la
necesidad de un andar santo como prueba de que lo conocemos. Oración.
«Padre, me lleno de gratitud por estas promesas porque me
recuerdan tu disposición para perdonar mis pecados, no quiero que ninguna nube
de iniquidad se interponga entre nosotros, quiero permanecer en ti y en tu
Palabra, en una continua comunión contigo. Gracias por tu fiel presencia en los
días nublados, por ser la luz que ilumina mi caminar. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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