El pecado está a la puerta.
“Entonces Jehová dijo
a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien
hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la
puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”. Génesis
4:6-7
“Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte
de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y
seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el
pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”. Santiago 1:13-15
“Si no hicieres bien,
el pecado está a la puerta”, qué cierta esta afirmación de Dios, el pecado
siempre estará agachado o escondido tras nuestra puerta como una fiera
agazapada lista a atacar. Cuando le damos cabida a nuestros malos pensamientos
y actitudes estamos predisponiéndonos para caer en tentación. Si bien no
podemos evitar que los pájaros vuelen sobre nuestra cabeza, podemos evitar que
hagan nido en ella. Como dice al apóstol Santiago “cada uno es tentado, cuando
de su propia concupiscencia es atraído y seducido”.
Todos los días estamos sometidos a grandes tentaciones, pero
si nos acostumbramos a ceder a pequeñas cosas, después cuando venga la gran
prueba no vamos poder resistir. Nos preocupamos por los “grandes pecados” y nos
dedicamos a cometer “pequeños pecadillos”. No olvidemos que para Dios el pecado
es el mismo. Una pequeña mentira o una gran mentira, para Él son igual, no se
trata del tamaño sino de las intenciones de nuestro corazón. Bien decía Jesús
en Mateo 15:19 “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los
homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos
testimonios, las blasfemias”.
Debemos revestirnos de Cristo para tener su mente, esto
implica alimentar nuestros pensamientos con la Palabra de Dios y no permitir
que ideas pecaminosas enturbien nuestro corazón, las pequeñas fallas que nos
permitimos acaban con nuestra vida espiritual. Un ejemplo de esto fue la vida
de Sansón, con todo el potencial que Dios le había dado, terminó arruinando su
vida por no abstenerse de sus deseos carnales y por dejarse dominar de sus
emociones.
Dios nos ha dado como dice 2 Timoteo 1:7 un espíritu de
poder, amor y dominio propio o autocontrol, para vivir espiritualmente en
victoria, para empoderarnos y mostrar una fe viva que le dé testimonio a los
demás de Cristo, para decir la verdad, para manifestar amor por otros y dominio
propio, para pensar con cabeza fría y enfrentar la tentación y guiarnos
correctamente en este mundo. Oración.
«Señor, oro en este día para ser fuerte en mi fe y ser capaz
de defender mis principios cuando el mundo, mi carne y el enemigo, quieren
seducirme y hacerme pecar. Gracias por darme un espíritu de poder, amor y
dominio propio y por estar a mi lado para ayudarme a caminar y sortear todo lo
que se levante en contra mía. Guíame eficazmente a través de tu Palabra para
tomar las decisiones correctas. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario