La manera más sencilla de evangelizar.
“Y les dijo: Venid en por de mí, y os haré pescadores de hombres”, Mateo 4:19
Este llamado de Jesús a unos pescadores ahora se hace extensivo a todos los creyentes. No importa nuestro oficio, profesión o trabajo que hacemos, el Señor nos llama a servir en su reino. Es la estrategia de Jesús, para conquistar el mundo para Él, por eso llama a hombres y mujeres para ser sus representantes y comunicar su mensaje en todo lugar y extender así el evangelio por toda la tierra.
Jesús expresó el propósito del llamado a sus discípulos, en términos que ellos lo entendieran, como pescadores expertos, sabían cómo atrapar peces, cuál era la mejor hora para hacerlo, la manera de bajar y levantar la red, cómo clasificar los peces y comercializarlos. Un buen pescador debe tener estas cualidades: paciencia, perseverancia y coraje. Cualidades que nos pueden hacer buenos pescadores de hombres. Es una analogía perfecta para la tarea a la que Jesús nos llama: ganar a otras personas para Él.
Cuando recibimos a Cristo, experimentamos su amor y empezamos una experiencia personal de transformación en nuestras vidas, esto nos motiva a compartirles a otros sobre Jesús con nuestro testimonio personal que es la forma más efectiva de evangelizar. El creyente que no comparte su fe desde el principio, tiene dificultades después en su desarrollo espiritual. Las primeras personas que debemos impactar con el mensaje de Cristo son las de nuestro entorno, la familia, amigos y conocidos. El amor que Dios nos demostró, con la muerte y resurrección de su hijo, nos debe motivar a vivir vidas dedicadas a Él
La iniciativa es de parte de Dios, llama al que Él quiere, es un llamado soberano y nos da una orden. Como dice Marcos 16:15 “id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. ¿Qué respuesta daremos a su llamado? Lo que Jesús necesita es gente corriente que se dé a sí misma. Cuando nos disponemos, Él hará lo que quiere a través de nosotros. Oración.
Señor Jesús, quizás como a esos pescadores que parecían insignificantes, me escogiste a mí entre muchas personas, cambiaste mi vida y mi destino. Ahora quiero mostrar a otros el Camino, te pido que me llenes de paciencia, perseverancia y valentía para compartir tu mensaje de salvación. Mi mayor motivación es tu amor que ha transformado mi corazón, permite que mi testimonio personal influya en la vida de los que están a mi lado. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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