SU PALABRA ESCRITA EN NUESTRO CORAZÓN
“Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel
después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré
en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo”,
Jeremías 31:33
“siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por
nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en
tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón”, 2 Corintios 3:3
“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros,
enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia
en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”,
Colosenses 3:16
La profecía de Jeremías se cumplió en Jesucristo a través de
su obra redentora, con un pacto nuevo, al perdonar nuestros pecados y al poner
su Ley en nuestras mentes y al escribirla en nuestros corazones para que todos
la conozcan. Por eso este mensaje es para la iglesia de hoy. El Señor ha
derramado su Espíritu en nosotros y nos ha dado su Palabra para que abunde en
abundancia en nuestro interior.
Moisés en el Antiguo testamento subió al monte a recibir los
diez mandamientos escritos en tablas de piedra. Jesús subió al monte a dar los
valores del nuevo reino que empezó a proclamar. En el primer pacto Moisés sube
solo al monte a recibir de Dios la Ley, mientras que Jesús sube al monte y la
gente lo sigue, lo busca para oír su enseñanza. El señor Jesús no vino a quitar
la Ley sino a darle su verdadero valor y vino a escribir su Palabra en nuestros
corazones.
El Señor por su gracia hará que todos sean bienvenidos al
conocimiento de Dios, por eso ha dado su Espíritu en este tiempo para publicar
su evangelio. Cuando entregamos nuestra vida a Cristo, Él por su Espíritu Santo
pone en nosotros el deseo de obedecerlo. Esta promesa se cumplió en el
acercamiento directo a Dios “con confianza” que Jesús hizo posible a través de
su muerte.
Hebreos 8:10-11 “Por lo cual, este es el pacto que haré con
la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en
la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y
ellos me serán a mí por pueblo; y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a
su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el
menor hasta el mayor de ellos”.
Ahora tenemos libertad por medio de la sangre de Jesús para
entrar en el lugar santísimo, o sea a la presencia de Dios, quien nos abrió un
camino nuevo y vivo a través del velo, esto es de su carne. Ahora podemos por
su Espíritu entender su Palabra. Dispongámonos a escucharla, a estudiarla y
hacerla práctica en nuestras vidas. Oración.
"Amado Señor, quiero ser una carta viva de Cristo, que
donde quiera que vaya refleje tu presencia. Dame el poder para vivir para ti
por medio de tu Espíritu. Que mi vida, mi testimonio y la evidencia de tu
gracia redentora se manifieste a donde quiera que vaya, influenciando la vida
de mis semejantes con tu Palabra. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario