NUESTRA VALÍA ESTÁ EN DIOS
“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable,
y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida”, Isaías 43:4
“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni
en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas
alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo
soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas
cosas quiero, dice Jehová”, Jeremías 9:23-24
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que
os llamó de las tinieblas a su luz admirable”, 1 Pedro 2:9
La gente tiende a admirar a los demás por su belleza,
sabiduría, poder, riqueza y fuerza, pero todo esto es tan efímero. La gente nos
acompaña cuando nos ve exitosos según los parámetros del mundo, pero se hace a
un lado cuando vivimos bajo los valores espirituales que no se fundamentan en
cosas terrenales y mundanas.
Pero la buena noticia es que Dios nos estima porque nos amó
desde el principio sin importar lo que somos y lo que tenemos, nos acepta tal
cual somos con virtudes y defectos. Nuestra valía se encuentra en Él. Pues nos
ha dado capacidades únicas para enfrentar la vida y para servirle. Esto es
importante especialmente para aquellos que se valoran por lo que los demás
piensan de ellos y tienen poco aprecio por sí mismos. Todos estamos propensos a
sentirnos así cuando nos falta algo o alguien, pero podemos estar perdiendo el
enfoque para el cual fuimos creados por Dios, cuando vivimos en un estado
permanente de insatisfacción, cuando nos sentimos evaluados por otros
constantemente, cuando nos sentimos indecisos por temor a equivocarnos y
nuestros pensamientos son negativos sobre nosotros, nuestro futuro, nuestras
capacidades.
Mostramos una baja autoestima, nos exigimos demasiado y
podemos caer en el perfeccionismo tratando de agradar a otros. Basta ya de
esto, recordemos que somos hijos de Dios, comprados con un precio muy alto, la
sangre de Cristo. Somos preciosos a sus ojos y Él se complace con nosotros por
nuestra fe. Somos tan importantes para Él, que nos escogió desde los confines
de la tierra, nos llamó por nuestro nombre y se dispuso a morir por cada uno de
nosotros para librarnos de toda esclavitud y hacernos reyes y sacerdotes para
su gloria.
El único orgullo que debemos manifestar es de conocer y
entender quién es nuestro Dios. Lo demás es vanidad cuando nos medimos con los
demás. Vivamos de tal manera que reflejemos su carácter justo y misericordioso. Oración.
"Gracias amado Dios, por amarme de tal manera que diste
hombres y naciones por mi vida, porque me miras con amor y misericordia y me
tienes en gran estima. Enséñame a valorarme como tú lo haces y a entender que
mi valía no viene de los parámetros sociales que impone el mundo, sino por el
hecho de conocerte y ser tu hijo; derecho dado por medio de la Sangre de Cristo
cuando creí. Amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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