MANIFESTEMOS EL AMOR. PRIMERA PARTE.
“Sed, pues,
imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos
amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor
fragante”, Efesios 5:1-2
El amor es la marca distintiva de la vida de un creyente,
nos va muy bien cuando amamos en forma abstracta, como amar a toda la
humanidad, pero ¿cómo es nuestro amor cuando se trata de amar a las personas de
manera práctica?
Sólo cada uno de nosotros puede evaluarse delante de Dios y
ver si realmente expresamos el amor de Dios como deberíamos. Cristo es nuestro
ejemplo máximo, aprendamos de Él e imitémoslo. Jesús era un gran oyente, ponía
toda su atención cuando hablaban las personas y este es el primer deber del
amor, escuchar. A veces por no hacerlo armamos una tormenta en un vaso de agua,
porque suponemos cosas y no escuchamos las razones del que está a nuestro lado.
No podemos por nuestra sordera entender las necesidades de los demás. Si
escucháramos más nos evitaríamos un sin número de problemas.
Jesús servía a los demás de manera práctica, siempre estaba
ayudando a los quebrantados, a los desvalidos, a los enfermos, a los oprimidos
y aún a los hambrientos. Él suplía sus necesidades espirituales, físicas y
emocionales. ¿Estamos buscando servir a los demás, en casa, en el trabajo, en
la calle o en la iglesia? Dios siempre nos pondrá oportunidades para hacerlo.
No nos neguemos a hacerlo. Miremos lo que dice Proverbios 3:27-28 “No te
niegues a hacer el bien a quien es debido, Cuando tuvieres poder para hacerlo.
No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, Cuando tienes contigo
qué darle”.
Jesús no hacía acepción de personas, las aceptaba respetando
sus diferencias. ¿Estamos dispuestos a tratar a todos por igual, disfrutando a
las personas independientemente de su origen étnico, racial, estado económico,
afiliación política, personalidad, etc.? Dios nos ha hecho a cada uno
diferentes y es una de las manifestaciones más gloriosas de su amor para con
nosotros, nos ama y nos acepta tal como somos. Sólo quiere que aprendamos a
amarlo y a amar a los demás como Él lo hace. Dios ama a la persona, pero
aborrece el pecado. El pecado aleja a la persona de Dios.
Revisemos hoy estas tres maneras de expresar nuestro amor a
los demás. Mañana seguiremos con otras y evaluaremos si estamos fallando en
algo. Pidamos a Dios que se cumpla en nosotros 1 Juan 3:18 “Hijitos míos, no
amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 1.
Oración inicial
"Amado Señor Jesús, gracias por ser mi ejemplo máximo
de amor. Quiero aprender a escuchar como tú escuchas, a servir como tú sirves y
aceptar a los demás tal como son. Sé que es la forma práctica de manifestar mi
amor por otros y de llevar una vida de entrega y servicio con un amor no
fingido. Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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