¿QUÉ ES LO QUE TÚ ANHELAS?
“¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!
Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi
carne cantan al Dios vivo. Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para
sí, donde ponga sus polluelos, cerca de tus altares, oh Jehová de los
ejércitos, Rey mío, y Dios mío. Bienaventurados los que habitan en tu casa;
¿Qué es lo que anhela nuestra alma? Los seres humanos
vivimos anhelando muchas cosas. Anhelamos hacer mucho dinero, casarnos con una
buena persona, anhelamos una familia unida y feliz, anhelamos un título
profesional, anhelamos una hermosa casa, un buen trabajo, anhelamos tener
amigos, viajar, etc. Todo esto está bien, pero será que en esta larga lista
¿anhelamos lo que David anhelaba?
David decía: “Anhela mi alma y aun ardientemente desea los
atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo”. Para el rey David
su mayor anhelo era permanecer en la presencia de Dios, deseaba simplemente
pasar tiempo a solas con el Dios vivo y cantarle con todo su corazón.
Nunca tendremos una total satisfacción en esta vida, hasta
que no entendamos que todo lo que nuestra carne anhela es efímero y pasajero; y
es que a veces gastamos nuestro tiempo tratando de conseguir sólo los deseos
humanos. Cuando finalmente anhelemos la presencia de Dios y hacer su voluntad,
es en ese preciso instante es que encontraremos gozo y satisfacción. Porque los
anhelos más profundos y urgentes del alma sólo serán satisfechos por Él.
En este mundo vil podemos disfrutar de la presencia del Dios
viviente y aún lamentar las veces que lo dejamos a un lado por estar con los
afanes diarios. En su presencia hay plenitud de gozo y delicias a su diestra.
Es como un anticipo de la felicidad del cielo. Podemos encontrarnos con Dios en
cualquier parte y en cualquier momento, pero sabemos que asistir al lugar donde
se congrega la iglesia nos ayuda a alejarnos del bullicio del mundo, para
meditar, orar y compartir con nuestros hermanos.
Si nos deleitamos en pasar tiempo con Dios veremos nuestros
problemas como un motivo para volver a experimentar su fidelidad. Una señal de
amor que podemos mostrar hacia Dios es el anhelo de estar siempre en comunión
con Él.
Nuestra fuerza debe estar en Dios, cuanto más reconozcamos
nuestra impotencia y debilidad, más debemos buscarlo y apropiarnos de su
fuerza. Cuando lo anhelamos intensamente recibimos esa fuerza espiritual de la
gracia de Dios. Este salmo es un reto para nuestra pobre espiritualidad, pues
un anhelo profundo por Dios debe llevarnos a una vida devocional consistente. Oración.
"Señor, anhelo estar en comunión contigo y pasar más
tiempo a tu lado. Lléname del gozo que se encuentra sólo en tu presencia oh
Dios. Que mi alma anhele bendecirte, amarte y adorarte. No seré capaz de
caminar por fe si no te permito estar a cargo de mi vida. Quiero que mi
espíritu esté guiado por tu Espíritu y tu Palabra. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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