DIOS NUESTRA INVISIBLE FUERZA
“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el
hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como
la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en
los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el
varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el
árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y
no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de
sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”, Jeremías 17:5-8
Cuando ponemos la confianza en otros seres humanos la
Palabra de Dios nos dice que somos como pasto en el desierto o como un árbol
desnudo que ha crecido en un suelo estéril e inútil. Esto también es para
aquellos que confían en sí mismos y piensan que pueden arreglárselas solos sin
tener en cuenta a Dios para nada en sus vidas. En tiempos de crisis serán
débiles espiritualmente y no tendrán a quién recurrir para hallar fuerzas. La
falsa confianza no puede dar lugar a la buena semilla, porque su fundamento es
débil, su seguridad descansa en cosas materiales y en personas inciertas e
inestables.
Mientras que el que deposita su confianza en Dios es
comparado con un árbol plantado junto a las aguas, siempre verde y florecido,
cuyo follaje no se marchita y siempre da fruto, sus raíces están bien
arraigadas. Los que hacen de Dios su esperanza tienen suficiente en Él para
vivir cualquier situación de la vida y en momentos de sequía no estarán
ansiosos, ni cesarán de producir frutos de santidad y buenas obras. Sus vidas
no dependen de las circunstancias sino de Dios. Cuando confiamos en el Señor
tendremos abundante fortaleza para no ser abrumados por las pruebas sino para
soportar la aflicción y así ayudar también a otros.
Romanos 8:14 dice: “Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”. En momentos de prueba es nuestro
ayudador, es la fuente para renovar nuestras fuerzas, para levantarnos
nuevamente, por eso lo único que debemos hacer es venir y entrar en su
Presencia. Si estamos anclados en Jesús, renacerá nuestra fe, será más fácil el
trayecto por esta vida y nos dará sus fuerzas para vencer.
Si tienes confianza en el Señor no te hundirás en el
cansancio, sino que volverás a levantarte y a continuar tu carrera con nuevas
fuerzas. Oración.
"Amado Dios, gracias por ser mi refugio, no estoy
exento de pasar por las pruebas de esta vida, ayúdame a poner mi confianza sólo
en ti y no permitir que las malas situaciones me desalienten porque tú eres mi
invisible fuerza, estoy arraigado en ti para no caer. No tengo nada que temer
si estoy contigo, lléname de vida abundante para seguir llevando siempre fruto.
Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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