martes, 16 de julio de 2019

EL HIJO NOS LIBERTÓ


EL HIJO NOS LIBERTÓ
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”, Juan 8:36
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”, Gálatas 5:1
El apóstol Pablo enfatiza la necesidad de permanecer en la libertad de Cristo para no volver a ser esclavos de la ley. A una fe libre de cargas, que son muy peligrosas. En su época los falsos maestros habían introducido un sistema legalista de justicia enseñándoles a los creyentes de Galacia a confiar en su obediencia a la ley más que en su obediencia a Cristo. Y los obligaron a un estándar casi imposible de cumplir lo que hizo que su vida cristiana se volviera tediosa y una carga, pues su elección era entre la libertad en Cristo que los llevaba a la salvación o la esclavitud de la ley que los conducía al juicio.
Para poder estar libres en Cristo y llevar una vida justa es importante entender que necesitamos depender del Espíritu Santo, porque llenos de Él podemos resistir el pecado y no por el legalismo y el esfuerzo humano. Cada vez que pecamos nos volvemos esclavos. Cada creyente debe confiar en el Espíritu Santo para que sea su guía y para que lo llene de poder para vencer la carne. Por eso dice: Gálatas 5: 16 “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Y en Gálatas 5:25, “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”.
Para poder vivir en la plenitud del Espíritu y llevar una vida santa debemos tener una comunión con Dios sólida y constante, viviendo de acuerdo con la revelación de la Palabra de Dios. Y no es conformarnos sólo con oír sus enseñanzas, sino que involucra una dependencia consciente en el poder del Espíritu para poder cumplir lo que Dios nos manda.
El nuevo pacto en Jesucristo nos hizo libres para relacionarnos con nuestro Padre por su gracia. Es el poder de ese amor y no la ley lo que nos mantiene en relación con Dios; porque el amor es más poderoso que la ley.  Oración.
"Gracias Cristo por hacerme libre y porque ahora puedo vivir en el Espíritu, gozando de tu presencia y de tu plenitud. Ayúdame a andar en santidad en respuesta a tu inmenso amor y mantenerme firme en la fe, ayudando a otros a caminar a tu lado. Ya no soy esclavo por tu sacrificio perfecto, sino hijo, y por eso puedo disfrutar de todas las bendiciones que he heredado. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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