Sanidad,
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió
nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y
abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros
curados”, Isaías 53:4-5
“y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e
hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y
guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los
egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.”, Éxodo 15:26
La Palabra hebrea para “enfermedad” se pronuncia “kjolí” y
deriva de “kjalá” que significa o se relaciona con desgaste o debilidad;
relacionado a este concepto en el salmo 31:10 dice: “Porque mi vida se va gastando
de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi
iniquidad, y mis huesos se han consumido”, entonces la enfermedad se asocia con
la pérdida de fuerza y debilitamiento del cuerpo.
Dios es la fuente de nuestra sanidad así como es la fuente de
nuestra fuerza, como lo dice Isaías 40:31 “pero los que esperan a Jehová
tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se
cansarán; caminarán, y no se fatigarán” y en Salmos 23:3 “Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.”
Sin embargo podríamos estar enfermos físicamente, pero el
Señor nos da la fuerza, la resistencia para continuar: “Él sana a los
quebrantados de corazón, Y venda sus heridas” (Salmos 147:3), es decir, nos
reconforta aún en medio del quebranto.
El Señor es nuestro proveedor también de la salud, en el
antiguo testamento a su pueblo se presenta como “Jehová tu Sanador” y se usa la
palabra hebrea que se pronuncia “rafá” y significa en el contexto moderno
médico: Dios es nuestro médico (Éxodo 15:26).
Como podemos observar tenemos un Dios que tiene el poder de
sanarnos, que promete sanarnos y que nos sustenta en medio de la enfermedad en
este mundo caído, para que en todo dependamos de su provisión y previsión para
mostrar su gloria en nosotros. (Juan 9:1-3)
Oración.
«Padre tú eres mi sanador, te glorías a través de los médicos
y la ciencia trayendo a mi vida medicina y sanidad, te alabo y me coloco en tus
manos de misericordia y amor en el nombre de Jesús. Amén
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